Las fuerzas de seguridad tailandesas, país considerado como un paraíso de la falsificación, detuvieron a un iraní y a cinco paquistaníes acusados de fabricar documentos falsos, especialmente europeos, e incautaron 170 pasaportes falsos.
Los falsos documentos, fabricados a menudo a partir de los verdaderos pasaportes robados a turistas, se enviaban después a todas las partes del mundo, explicó el teniente general Nathathorn Prousoontorn, de los servicios de inmigración tailandeses.
La mayoría de los clientes de esta red, ubicada al este de Bangkok, eran oriundos de Irán, Siria, Afganistán o Irak, precisó el responsable tailandés, que añadió que los documentos se vendían entre 50.000 y 80.000 bahts (entre 1.200 y 2.000 euros).
El hombre acusado de ser el cabecilla de este grupo criminal, y detenido el lunes, es Hamid Reza Jafary, un iraní residente en Tailandia desde hace 25 años y conocido con el apodo de "doctor".
"Se trata de la red más importante del país capaz de fabricar pasaportes de muy buena calidad", explicó a la AFP un oficial de los servicios de inmigración, que pidió el anonimato. La investigación se prolongó durante cinco años, precisó.
La falsificación de pasaportes es habitual en el reino. En marzo de 2014, dos pasajeros con falsos pasaportes robados en Tailandia subieron a bordo del avión de Malaysia Airlines, que desapareció en pleno vuelo.
A finales de 2010, en el marco de una operación policial destinada a eliminar un importante grupo vinculado a los atentados de Bombay en 2008 (166 muertos) y de Madrid en 2004 (191 muertos), dos paquistaníes y una tailandesa fueron detenidos en el reino por fabricar supuestamente falsos pasaportes.
Tailandia es el destino para cualquier tipo de organización criminal internacional que utiliza el país para encontrar documentos de viajes, documentos financieros, etc.