La Maratón de Nueva York, la carrera más grande de este tipo en el mundo, y uno de los espectáculos más importantes de la ciudad, fue cancelada debido a la pandemia de COVID-19.
La carrera, uno de los eventos más prestigiosos y lucrativos de su tipo, habría celebrado su 50° aniversario en noviembre, indica el New York Times. Se trata de uno de los momentos más importantes del otoño en Nueva York, y anualmente atrae a más de 50.000 corredores, 10.000 voluntarios y a cerca de un millón de fanáticos, que se agolpan a lo largo de los 42 kilómetros de la pista, que recorre los cinco barrios de la ciudad.
Las autoridades de la ciudad y la organización New York Road Runners, dueña y organizadora de la carrera, determinaron que realizar la maratón habría sido muy arriesgado, pues expertos en salud pública han repetido en varias ocasiones que los eventos masivos son focos importantes de contagio, y que seguirán siendo un peligro hasta que se desarrolle una vacuna.
Michael Capiraso, ejecutivo jefe de New York Road Runners, dijo que él y otros organizadores querían realizar la carrera, pero decidieron cancelarla antes de seguir gastando dinero en su puesta en marcha.
"Había una esperanza que luego se convirtió en incertidumbre, y en base a lo que hemos visto en los meses pasados esta era realmente la única decisión posible", aseguró Capiraso.
Los corredores que se inscribieron en la carrera de este año podrán decidir si quieren recibir un reembolso o entrar a la carrera durante los próximos tres años. También tendrán la opción de participar en el evento de forma virutal, una posibilidad cuyos detalles serán explicados en julio.
Durante la Maratón de Nueva York, los miles de corredores y voluntarios son trasladados hasta el área de la línea de partida en Fort Wadsworth o Staten Island, donde descansan y esperan horas hasta ser llamados a la partida al pié del puente Verrazzano-Narrows Bridge. Los corredores se amontonan en una serie de grupos en corrales de partida mientras esperan el disparo que le da inicio a la carrera.
