La sequía amenaza a millones de personas en Somalia. Este sábado (4.3.2017), el primer ministro de Somalia, Hassan Ali Khaire, informó que 110 compatriotas suyos habían fallecido en las últimas 48 horas a causa del hambre. Esa cifra se restringe al suroeste de esa nación. Ese es el primer reporte de muertes relacionadas con la falta de agua y alimentos desde que el Gobierno local declaró el estado de emergencia el pasado martes (28.2.2017). Las Naciones Unidas estiman que cinco millones de somalíes necesitan auxilio urgente.
A los decesos por inanición se suman los atribuidos al cólera: al menos 69 personas han perdido la vida en las últimas 24 horas. En su mayoría, las víctimas son niños y ancianos de aldeas próximas a la localidad de Baido. Las autoridades fueron alertadas de la situación el viernes (3.3.2017), dijo Abdullahi Omar Roble, responsable regional de la situación humanitaria. Más de setenta hospitalizaciones han tenido lugar debido a este brote de cólera, causado por los cortes en el suministro de agua que, a su vez, son propiciados por la sequía.
El cólera, una enfermedad intestinal infecto-contagiosa, puede causar la muerte si no se trata poco después de ocurrida la transferencia bacterial. La infección es causada por agua o comida contaminada con la bacteria Vibrio cholerae. En lo que respecta a la escasez de alimento, las Naciones Unidas han advertido que la hambruna generalizada es inminente, no solamente en Somalia, sino también en Nigeria, Sudán del Sur y Yemen. De ahí que la ONU hiciera un llamado el mes pasado para socorrer a las poblaciones de esos Estados.
El secretario general de ese organismo pidió que se recolectaran 4.400 millones de dólares estadounidenses con ese propósito. El rescate de esa enorme cantidad de personas promete verse dificultado por el conflicto militar entre ciertos Gobiernos y grupos terroristas como Al Shabaab y Boko Haram, que les impiden a las organizaciones humanitarias acceder a algunas zonas afectadas. Este viernes (3.3.2017), organizaciones no gubernamentales como Save the Children, Oxfam Intermón y Acción contra el Hambre describieron este estado de cosas como "la crisis olvidada”.