El Observatorio Sirio de Derechos Humanos informó que este jueves, la tercera jornada del cese de hostilidades en Siria, cerró con un incremento del número de violaciones a la tregua. No obstante, la organización no gubernamental señaló que prevalece una calma relativa en la mayor parte del territorio.
En las primeras 72 horas de alto el fuego no se ha registrado ninguna víctima mortal, aunque sí una cantidad indeterminada de heridos. La fuente documentó infracciones en la provincia septentrional de Alepo, donde un menor sufrió lesiones por los disparos de un francotirador en el barrio de Al Mashariqa, ubicado en la capital homónima de la región y bajo el control de las fuerzas leales al líder sirio Bashar al Assad.
Cuatro cohetes de origen desconocido impactaron en el área de Al Ais, en el extrarradio sur de la misma ciudad. Otros cuatro, lanzados por facciones rebeldes, cayeron en la zona del Proyecto 1070, en manos de las autoridades, dijo el Observatorio, que informó de más ataques en la provincia. En el sur del país estallaron combates entre los efectivos del régimen y facciones rebeldes en el distrito de Deraa al Balad, una de las dos partes en las que se divide la urbe de Deraa. La ONG subrayó que dos personas resultaron heridas por disparos de francotiradores leales al Gobierno de Damasco en la carretera que une las poblaciones de Dael y Jirbet Gazala, también en la provincia de Deraa.
Mientras tanto, la ONU pedía corredores seguros para suministrar ayuda. Las partes en conflicto en Siria están reteniendo el suministro de ayuda para cientos de miles de personas al no garantizar la seguridad de los envíos durante la frágil tregua vigente, denunció este 15 de septiembre el enviado de las Naciones Unidas para Siria, Staffan de Mistura. El diplomático descargó gran parte de la culpa en el régimen de Bashar al Assad, que hasta el momento no ha proporcionado los salvoconductos requeridos para que los camiones puedan circular por el país árabe con la ayuda destinada a los civiles necesitados.
La tregua, que fue mediada por Estados Unidos y Rusia, se mantiene a grandes rasgos desde el lunes 12 de septiembre, pero hay cuarenta camiones con ayuda que están siendo retenidos en la frontera con Turquía, lamentó De Mistura. Se estima que unas 275.000 personas en el este de Alepo no reciben ayuda desde principios de julio. Además, hay unos 600.000 sirios que viven en las áreas asediadas o lugares de difícil acceso, según datos de la ONU.
De Mistura dijo que esperaba que Damasco honrara su mandato y dejase pasar a los camiones sin retirar esta vez la ayuda médica. Asimismo insistió que las autoridades locales de áreas controladas por los insurgentes todavía no han garantizado el paso libre de los suministros de ayuda. Estados Unidos, que apoya a algunas de las facciones rebeldes moderadas, dijo que está trabajando para solucionar este tema. El Gobierno sirio se opone a que entre ayuda humanitaria en el país sin su permiso.