Servicio secreto alemán, con licencia para espiar
En años recientes, el escándalo de la NSA y las revelaciones de Edward Snowden dañaron la imagen de los servicios secretos. Dos nuevas leyes buscan cambiar esto en Alemania, pero la reforma divide a los políticos.
Delante de la Puerta de Brandemburgo, un pequeño grupo de manifestantes protesta contra los dos nuevos proyectos de ley sobre el servicio de inteligencia alemán (BND, por sus siglas en alemán), que fueron aprobados este viernes. Lena Rohrbach, de Amnistía Internacional, dice que la reforma viola los derechos humanos y agrega que se trata de "una invitación para intervenir en la privacidad de todos".
La coalición alemana impulsó la reforma como consecuencia del escándalo de 2013 en torno al servicio secreto estadounidense NSA. En aquel entonces, agentes del BND habían colaborado con los estadounidenses, espiando a aliados europeos, según las revelaciones de Edward Snowden.
Reforma divide a los políticos
En opinión de los socialdemócratas y cristianodemócratas, las nuevas leyes aumentan la eficiencia de los servicios secretos y mejoran las posibilidades de controlarlos. Los críticos, en cambio, argumentan que se está legalizando la vigilancia masiva.
En la actualidad, existen tres órganos del Parlamento alemán que controlan a los servicios secretos: el Gremio Parlamentario de Control (PKGr), la Comisión G10 para la Aprobación de Medidas de Escucha y el Gremio Confidencial para la Aprobación de los Presupuestos de los Servicios Secretos.
Como consecuencia de la primera ley de reforma, se creará un cuarto órgano: el gremio compuesto por jueces y fiscales estatales deberá controlar en el futuro las operaciones de los servicios secretos en el extranjero. La Cancillería alemana informará a los juristas sobre misiones delicadas. Además, decidirán si se espiará a instituciones de la Unión Europea o sus miembros.
¿Ayuda u obstáculo para los parlamentarios?
Asimismo, se creará el puesto de "apoderado permanente". Junto con un equipo de unas 20 personas, el encargado apoyará el trabajo del nuevo gremio. Según el cristianodemócrata Clemens Binninger, la reforma es tan importante porque refuerza el trabajo del Gremio Parlamentario de Control, que hasta ahora contaba con las herramientas necesarias para controlar a los servicios secretos pero no con el personal ni el tiempo necesarios.
No obstante, la oposición teme que los documentos y las informaciones sensibles ya no sean mostrados a los parlamentarios, sino solo al "apoderado permanente".
Se permitirá vigilar a la UE
La segunda ley de reforma regula la vigilancia en el exterior, es decir la vigilancia de conexiones de teléfono e internet de extranjeros en el exterior por parte del BND. Además, en el futuro el servicio secreto también podrá pinchar los nudos de internet en Alemania por donde pasa el tráfico mundial de datos. Hasta ahora solo podía pinchar determinadas líneas.
El BND podrá almacenar los datos interceptados por un periodo de hasta seis meses y compartirlos con servicios secretos extranjeros como la NSA. Sin embargo, esto solo está permitido bajo determinadas circunstancias: cuando se trata de cooperaciones en el marco de la lucha antiterrorista, para apoyar las misiones del ejército alemán en el extranjero o para obtener informaciones sobre la situación de la seguridad de alemanes en el exterior.
En cambio, está prohibido expresamente espiar a los ciudadanos germanos, así como el espionaje económico. Un sistema de filtro se encargará de reconocer y borrar los datos correspondientes. Por otro lado, sí será posible vigilar a ciudadanos e instituciones de la Unión Europea o de sus países miembros, por ejemplo, en casos que atañen a la seguridad interna y externa de Alemania.
En opinión de Konstantin von Notz, político opositor del partido Los Verdes, la reforma legaliza la práctica del BND de los últimos diez años, que "evidentemente fue ilegal". Asimismo, duda que el sistema de filtro funcione, puesto que no será posible técnicamente diferenciar claramente entre alemanes y extranjeros.