Portavoz español de Corea del Norte: "La idea es que Trump sepa que no puede invadirnos"
Es el delegado especial del Comité Norcoreano de Relaciones Culturales con Países Extranjeros pero, en términos simples, se trata del portavoz de Corea del Norte para los países de habla hispana. Alejandro Cao de Benós, declarado revolucionario, es el hombre que da la cara cuando se desata la polémica en torno al régimen del país más hermético del mundo.
Conferencista en universidades de España y América Latina, muy mediático y asiduo visitantes de los programas de TV español, Cao de Benós (Tarragona, 1974) se refiere a los ensayos nucleares y a la reunión del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas del próximo lunes que determinará nuevas sanciones y "más fuertes" en contra de Pyongyang tras su sexta prueba nuclear. "Esa no es la opción", señala.
-¿Qué persigue Corea del Norte con sus ensayos nucleares en medio de una crisis que eleva su tensión? ¿Hasta dónde quiere llegar Kim Jong-un?
-Hay que dejar muy claro que el desarrollo nuclear de la República se debe solo a un efecto disuasorio. La idea es que Trump, que el imperio norteamericano, sepa que no puede invadir Corea de forma unilateral, como hizo con Irak, Afganistán y, más recientemente, con Libia. O también con los ataques que realizó en Siria.
Si intenta llevar, de alguna forma, ese ataque o invasión de la República, Corea tiene la capacidad de responder sobre el territorio norteamericano. Es ese el mensaje de disuasión que quiere lanzar nuestro gobierno.
-Un test con una bomba termonuclear y lanzamientos de misiles parecen más una amenaza que una acción disuasiva...
-No. Para empezar EE.UU. acumula más de 6.500 ojivas termonucleares como la que ha probado Corea. EE.UU. es el mayor proliferador nuclear y el único que ha usado bombas nucleares.
Además, Corea no está amenazando e invadiendo a nadie. No está en Alaska, ni amenazando a EE.UU. Simplemente está desarrollando un arma que, a pesar de ser un país pequeño, le permite ponerse al nivel de EE.UU. Porque estas armas, que son hasta cien veces más potentes que las nucleares convencionales, están pensadas no para ser usadas, sino como herramientas de negociación, de geopolítica, como en la época de la Unión Soviética.
Llevamos más de 20 años de desarrollo nuclear. Se pasó por una fase científica y luego están las pruebas para comprobar que funciona, que estamos preparados por si llega el momento de tener que utilizar (este armamento). De nada sirve un arma nuclear que no funcione o que no golpee en su objetivo.
Ahora estamos en la fase práctica del desarrollo nuclear, en la que se está probando la capacidad del país a la vez que se lanza este mensaje contra un Presidente que ha demostrado una y otra vez que sigue la misma política de invasión sobre naciones soberanas, como los antecesores.
Entrar en una guerra nuclear con una invasión norteamericana significa el fin de la humanidad como la conocemos
-¿Nocorea se prepara para la guerra, entonces?
-Corea del Norte siempre desea la paz y ha solicitado a los EE.UU., desde hace más de 30 años, firmar un acuerdo de paz definitivo y establecer relaciones diplomáticas, pero incluso Obama se negó abiertamente a firmar la paz para poner fin a la guerra que abrieron los norteamericanos en los años 50.
Por nuestra parte, siempre deseamos la paz y queremos la paz, pero por desgracia, EE.UU., la primera potencia nuclear y militar del mundo, no entiende de buenas intenciones. De hecho, va ordenando a los presidentes de otras naciones soberanas, como es Chile, diciéndoles lo que tienen que hacer en sus relaciones exteriores, como recientemente lo hizo el secretario del estado norteamericano y otros personajes que acompañan a Trump.
Esa política de hegemonía es inaceptable. Los países deben ser independientes y soberanos. Eso es lo que demuestra Corea y lo único que desea es la paz pero está lista, también, para el combate, por si es invadida.
-¿A qué tipo de combate se refiere? ¿Nuclear?
-Nuclear. Porque muy probablemente el lanzamiento de un bombardeo de EE.UU. a Corea sería nuclear. Por lo tanto, si EE.UU. ataca de esa forma, nosotros responderemos con esas mismas armas.
Entonces, Norcorea ¿está dispuesto a llegar a una guerra nuclear?
Sin lugar a dudas. Si Corea del Norte es atacada usaría su armamento nuclear golpeando directamente las principales ciudades y bases militares de los EE.UU..
Si Corea del Norte es atacada usaría su armamento nuclear golpeando directamente las principales ciudades y bases militares de los EE.UU.
Entrar en una guerra nuclear, en este caso con una invasión norteamericana, significa el fin de la humanidad como la conocemos, no solo para Corea, España o EE.UU., sino para todo el mundo.
-¿Ha existido una radicalización en el régimen de Kim Jong Un en comparación con el de su padre?
-No, para nada. Yo llevo 27 años trabajando con la República, muy cercano a todos nuestros líderes y ministros, al presidente y al vicepresidente y no, nunca ha habido radicalización. Corea del Norte ha continuado con su misma visión y forma de ser desde 1950. Son los EE.UU. los que han ido dando a bandazos, según la agresividad del presidente que han tenido y los intereses políticos y económicos que han tenido sobre las naciones.
-¿Cuáles son las condiciones para que Norcorea deje los ensayos armamentísticos y nucleares?
-Para empezar, EE.UU. tiene que sentarse sin precondiciones. Como nosotros no se las imponemos a ellos, no puede Washington imponer precondiciones a nuestra República. Cuando eso suceda, nos sentaremos en una misma mesa. Creo que la vía correcta es que nosotros congelamos el desarrollo nuclear y las pruebas de misiles balísticos a cambio de que EE.UU. congele sus maniobras militares en nuestras fronteras... EE.UU. pide que detengamos nuestro desarrollo nuclear de forma unilateral antes de sentarse a negociar.
-¿Qué pasaría con Corea del Norte si EE.UU. suspende sus acciones militares y no se despliega más en la zona?
-Nuestro gobierno actuará de igual forma, no desarrollando más el sistema nuclear defensivo balístico y, a partir de allí, se empieza a negociar todo lo demás: el levantamiento de sanciones que nos permita comerciar con el exterior hasta abrir relaciones diplomáticas entre ambos países. Esa es la vía.
Si puede traer a Trump a firmar la paz de Corea, mañana mismo se firma
-La representante de EE.UU. en la ONU, Nikki Haley, asegura que Corea del Norte “está pidiendo la guerra”.
-¡Qué ridículo! Porque estamos pidiendo la paz desde hace muchísimos años. Obama se negó públicamente a la última de las miles de peticiones de paz que hemos solicitado. Así que, ¿cómo está hablando que Corea desea la guerra cuando estamos pidiendo a EE.UU. durante decenios firmar la paz y llegar a acuerdos? Remito también a nuestros acuerdos con el ex presidente Clinton, desde el tratado de Ginebra de 1994, y la visita de Madeleine Albright, secretaria de estado norteamericana, quien se juntó con nuestro líder Kim Jong il.
¿Entonces cómo buscamos la guerra si hemos estado a punto de firmar la paz con Clinton y establecer relaciones? Pero, ¿por qué no se pudo? Porque desgraciadamente perdió las elecciones y llegó el señor Bush que dijo que eso de paz nada y que Corea era del eje del mal y había que destruirla.
Así que nosotros siempre hemos deseado la paz y yo, personalmente, como delegado especial y persona cercana tanto a nuestro líder como a nuestros ministros, aquí, ahora mismo le digo que si usted puede traer a Trump a firmar la paz de Corea, mañana mismo se firma.
-El Consejo de Seguridad se reunirá para determinar sanciones al régimen norcoreano. EE.UU. insta a “tomar una decisión fuerte”. ¿Cómo reaccionaría el gobierno de Kim Jong Un frente a nuevas y más poderosas sanciones?
-Nuestra política es invariable. Las sanciones y la asfixia no va a detener nuestro deseo de vivir en paz, de tener soberanía y de que el imperio norteamericano nos dejen en paz de una vez. Y ellos han estado imponiendo sanciones desde la creación de la República, en 1948. Lo que continuarán haciendo, pero nosotros también hemos aprendido a sortear esas sanciones. Le puedo asegurar que lejos de forzar a arrodillarnos para aceptar todas las órdenes del señor Trump, lo que provocará es hacernos más determinados en continuar con nuestro programa y nuestra defensa. Esa no es la opción.
La opción es sentarse a negociar y llegar a una moratoria en el desarrollo nuclear por nuestra parte y el de las movilizaciones militares y nucleares que hace EE.UU. en nuestra frontera cada dos por tres.
-¿Qué tan aislada está Corea del Norte?
-En la ONU no tenemos mucho apoyo, porque obviamente EE.UU. es la principal economía y es la que controla las principales bancas y organismos. Tiene un gran peso. Rusia y China son parte de este sistema capitalista mundial. Hace muchos años que ya no son países comunistas.
Por lo tanto, sí es verdad que, respecto a aliados, tenemos pocos países que se vuelque en apoyarnos, pero a nivel social, por el contrario, tenemos muchos apoyos y cada día más. Hay un interés enorme y una gran solidaridad tanto de trabajadores, sindicatos y partidos políticos en todo el mundo que ven a Corea del Norte como una referencia y una sociedad de la que se pueda aprender muchísimo. Y eso lo experimenté en bastantes universidades en Chile. Existe un gran interés en Chile por Corea del Norte.
-¿Qué tan cercano es usted a Kim Jong Un?
-Yo sólo tengo posibilidad de comunicarme de forma oficial con él. Tengo la oportunidad de saludarlo en los eventos estatales, cuando tenemos la fiesta nacional, etc.. Pero no tengo tanta cercanía como para mantener conversaciones con él de forma regular. Normalmente lo hago con nuestros ministros, vicepresidentes y vicepresidenta.
-Norcorea es un país acusado reiteradamente de violaciones de los derechos humanos, con ejecuciones y purgas incluidas.
-Bueno, eso es parte de la propaganda, de la misma propaganda que justificó la invasión de Irak, donde se decíó que había armas de destrucción masiva, eso provocó justificar a los EE.UU. aniquilar una nación. Al final se encontró que no estaban esas armas. ¿Quién pagó por esas miles y miles de muertes de inocentes. Desde luego que EE.UU. no ha pagado.
El señor Gadafi, que se desarmó, creyendo que de esa forma iban a agradar a EE.UU. y formar parte de la comunidad internacional. ¿Sabe lo que le pasó al señor Gaddafi? Le daba besos al señor Sarkozy y le daba besos al rey emérito de España. Al día siguiente fue invadido por esos mismos amigos.
El PC chileno y Eduardo Artés
-Usted se refería a Chile con entusiasmo.
-No hablaba del gobierno, sino del pueblo de Chile, del pueblo mapuche, de los sindicatos, de la gente de la calle. He recibido miles de apoyos. Seguimos creciendo en amigos, desde las universidades hasta las mineras chilenas.
Ahora, lógicamente, el gobierno chileno tendrá sus alianzas. Muchas veces no porque quieran, sino solo por conveniencia. Porque si un país tiene relaciones o un gran comercio, por ejemplo, con EE.UU., lo último que quiere es dañar ese comercio. Así que lo normal es que a nivel de gobierno no se exprese claramente en una u otra dirección pero, a nivel popular, se lo aseguro que sí. De hecho, no paran de llamarme de Chile para que haga más conferencias y entrevistas sobre Corea del Norte.
-El gobierno chileno rechazó cortar las relaciones con Corea del Norte cuando el vicepresidente de EE.UU., Mike Pence lo pidió en su visita a Santiago.
-Eso me parece fantástico. Es una gran noticia, porque eso dice mucho de la dignidad de Chile, de su presidenta y del gobierno. Porque le está diciendo (a EE.UU.) “oiga, Chile tiene capacidad para decidir por sí mismo’. No puede ser una marioneta de lo que ordene EE.UU.
-¿Qué sabe sobre la actualidad del Partido Comunista chileno?
-Lo que me han hecho saber muchos grupos de estudiantes y sindicatos es que están muy enfadados o muy descorazonados por la forma en que este Partido Comunista más grande ha ido desviándose hacia el ideal del capitalismo. Se ha ido desvirtuando su idea. Pero esto procede de lo que me han dicho los propios ciudadanos y trabajadores. Yo no conozco personalmente a ningún líder de ese partido.
El Partido Comunista de referencia, obviamente es el Partido Comunista Acción Proletaria y Unión Patriótica. El señor Eduardo Artés, quien ha estado en Corea del Norte, es un auténtico comunista revolucionario, al que conozco personalmente y al que admiro por su determinación y humildad, y ahora él se presenta a las elecciones en Chile.
Eduardo Artés es un auténtico comunista revolucionario, al que conozco personalmente y al que admiro por su determinación y humildad
-¿Qué tan próximos son?
-Tengo una opinión fantástica de él. He estado en su casa, con sus amigos, compartiendo un trozo de pan, pero me parece una persona ideológicamente muy fuerte al servicio del más pobre y del pueblo, que desea lo mejor a su país y, sobre todo, muy humilde. Desde el primer día que nos conocimos, me ha demostrado una vida de un auténtico revolucionario.
Conociéndole a él y a la gente que le rodea; conociendo los que están en su partido, a toda la gente a su alrededor en mi visita a su país. Me parece que son personas entregadas por una causa, por una idea y, sobre todo, son directas y humildes, que no buscan el beneficio personal, que no van a enriquecerse ni a manipular; que realmente van a servir al pueblo y a intentar que Chile tenga la riqueza del país para sí mismo, que no se robe, que no se expolien las riquezas naturales del país.