Mercè Barceló, abogada y catedrática de la Universidad Autónoma de Barcelona, pasó la madrugada del 1 de octubre en un centro electoral para proteger un derecho que considera propio: el de reunirse y manifestarse. A las 4 de la madrugada sustituyó a su hijo en una especie de "posta" de protección al voto. Luego, a las 11 de la mañana, se fue al Palacio del gobierno catalán para hacer un informe sobre los acontecimientos ocurridos ese día.
"Iban contra la gente de la calle que se estaba manifestando a raíz de un derecho fundamental que existe en la constitución española que se llama derecho a la libre reunión y manifestación", afirma.
El reproche sobre la violencia policial fue casi unánime. En cualquier caso, el referéndum fue prohibido y considerado ilegal por el Tribunal Constitucional de España tras un recurso presentado por Mariano Rajoy en los días previos.
No es que el referendo se haya prohibido, sino que fue suspendido. La orden del Tribunal Constitucional fue respecto a los convocantes. A partir de ese momento, solo ellos incurrían en una orden supuestamente de delito de desobediencia. Pero no hay sentencia todavía. Pero de ilegal nada. No hay delito.
¿Y qué valor le da a los resultados de la consulta popular? Hubo un 90% de la opción "sí" a la independencia, pero votó menos de la mitad del electorado.
Le doy pleno valor, porque después de votar y de haber protegido mi colegio, a las 11 de la mañana me fui al Palau de la Generalitat y ,junto a otros observadores locales, conversamos con especialistas informáticos. Ellos negaron esto de los 'cuatro escasos votantes'.
Por otra parte, hay 700 mil votos más que fueron 'secuestrados'. Porque la guardia civil y la policía nacional consiguieron entrar en muchos colegios y se los llevaron. Entonces allí sí se llega a un 55% de votación.
Entonces, según sus cálculos, ¿los independentistas catalanes son mayoría o minoría?
No lo sé. Según las votaciones que hemos tenido, lo que yo vi, lo que pudimos constatar, lo que me contaron y con las garantías informáticas que tuvimos, votó un larguísimo 60%.
-¿Por qué usted es independentista?
-Porque nací en un país que no es España. Nací en Cataluña. Y este es un país distinto. En mi casa eran republicanos y perdieron una guerra civil. En ese momento, todos ellos eran republicanos españoles, pero también declararon la República catalana. Quiere decir que todo va aparejado.
El sentimiento republicano español, en este momento, es respetuoso con lo que es Cataluña, con lo que la mayoría de los ciudadanos catalanes quieran decidir, porque en España hay mucho republicano muy respetuoso con la democracia. Lo que pasa es que en España no se hizo la transición.
El franquismo sociológico permanece en la figura más importante que es la monarca. La cultura española es una de las más potentes a nivel mundial, pero todo esto está diezmado por una corona. Hay muchos españoles que también están reivindicando lo mismo que nosotros: más democracia.
Porque nací en un país que no es España; nací en Cataluña. Este es un país distinto.
-Hay quienes piden mantener la unidad de España, y en ella incluyen a Cataluña.
-Me parece muy bien la unidad de España, pero esto no es sacrosanto.
-¿Está de acuerdo con la política de Puigdemont?
-¿Hubiese podido hacerlo de otra manera? El Estado español tenía una Constitución española muy buena para aplicar a los catalanes. Una solución política consistente era haber hecho un referéndum pactado. Esta admite la posibilidad por más que ellos digan que no, porque la niegan. Y en este problema estamos.
Barceló: El artículo 155 "está vacío de contenido"
-¿La independencia en Cataluña es viable?
-Es la pregunta que nos estamos haciendo nosotros mismos. No te creas que estamos muy tranquilos. Igual creo que la independencia dependerá de dos cosas: de nosotros, los catalanes. De que las normas que se dicten desde nuestros propios gobiernos sean consideradas válidas y, desde la sociología, que nos queramos como pueblo.
Es decir, la independencia vendrá si nosotros creemos que podemos ser independientes y si hay suficientes países que nos consideren así cuando se declare la independencia.
-Pocos respaldan a una Cataluña independiente. La Unión Europea cerró filas con Rajoy.
-Yo, que soy antieuropeísta, lo sabía de sobra. Jamás me he creído a la UE. La UE no es una unión de personas, es una unión de poderes. Y son los poderes los que están respondiendo ahora. La derecha europea no me sorprende.
-¿Cuáles son a su juicio los costos del independentismo?
-Los costos los venimos sosteniendo desde hace 300 años. Somos la enésima generación en este tiempo que intenta la independencia. Habrá un momento que alguien la consiga. Porque no somos españoles. Tampoco somos antiespañoles. Todos tenemos raíces españoles. Pero hace 300 años que tantas generaciones hemos querido lo mismo. ¡Mira qué casualidad!
-Varias empresas y bancos ya anunciaron que se van de Cataluña frente a la avanzada independentista. Alejarse de la UE sería perder fondos específicos a la región.
-Somos contribuyentes netos. La UE no nos da nada.
-Y ¿no hay costos de fractura de una sociedad que parece estar ya muy dividida?
-El quiebre social es de ellos. Ellos son los que llaman al quiebre social. Soy de izquierda y jamás he pelado con alguien de derecha; soy independentista y jamás he discutido con alguien que no lo sea. Quiebre es la palabra que usan ellos para amedrentarnos.
Es que ya no saben ni qué hacer. Una sociedad plural admite pluralidad. Yo soy independentista y les molesto a ellos y por eso hablan de quiebre social. Eso es propaganda de ellos. Yo he convivido 23 años con un español. Mi nuera habla castellano en casa. ¿Dónde está la quiebre?
-¿Cómo se sale de la peor crisis política que vive España en el último tiempo?
-No lo sé. Espero que haya de algún modo una salida. Una tirada hacia adelante era un fracaso igual que tirar hacia atrás.
-“Tirar hacia adelante”, hacia el independentismo, podría significar la aplicación del artículo 155, según España, y Puigdemont podría ir preso.
-¿Pero qué es el artículo 155? El155 es un artículo que se ha introducido en la Constitución española y al cual todo el mundo recurre y no significa nada. Está vacío de contenido. Nadie sabe qué es. Eso sí puedo decir qué no es: ni la suspensión de la autonomía, ni la convocatoria a elecciones.