El rival de Evo
Por Pedro Schwarze
La oposición boliviana parece haber quedado en un buen pie tras el voto mayoritariamente nulo en las elecciones judiciales del domingo pasado -opción promovida por los detractores del gobierno de Evo Morales- y de cara a los comicios presidenciales y legislativos que deben celebrarse en 2019. Pero de forma que el panorama se muestre alentador para los enemigos políticos de Morales, estos deberían contar con un buen candidato para enfrentar al mandatario y, a la luz de los sondeos, este ya tiene nombre: Carlos Mesa, el ex Presidente del país entre 2003 y 2005, y actual portavoz de la demanda marítima ante La Haya. Mesa es el único que podría derrotar a Evo Morales en unas elecciones, según los sondeos.
Sin embargo, los bolivianos se enfrentan a una paradoja. En primer lugar, Morales, de acuerdo a la Constitución, impulsada y aprobada durante su gestión, no podría buscar un nuevo período presidencial, ya que solo permite dos mandatos consecutivos (se trataría del cuarto período desde su llegada al poder en 2005, pero el tercero bajo la actual Carta Magna). Pero el Presidente logró el pasado 29 de noviembre la luz verde del Tribunal Constitucional para que pueda volver a postularse (pese a que en febrero de 2016 fue rechazada en un referendo una enmienda que permitía una nueva reelección de Morales).
Y, en la otra vereda, a pesar de que sería el único capaz de batir en las urnas al actual Presidente, Mesa ha dicho que no es ni quiere ser candidato presidencial. Algo que algunos ven como una estrategia para lograr que la fragmentada oposición se una en torno a su persona. “En conclusión, los dos favoritos para las elecciones de 2019 son un presidente que no podría ser candidato y un candidato que dice no querer postularse”, dijo a T13 Semanal el analista político boliviano José Blanes.
Según un sondeo de Mercados y Muestras, Evo Morales ganaría la primera vuelta presidencial con el 28% de las preferencias, y segundo llegaría Carlos Mesa, con el 21% de los votos. Muy atrás aparecen el empresario Samuel Doria Medina y el ex Presidente Jorge Quiroga. Pero en la segunda ronda Mesa se quedaría con la Presidencia ya que aparece con el 44% de la intención de voto, frente al 35% de Morales. El escenario daría un vuelco en caso de que Mesa diera definitivamente un paso al costado: de esa forma el actual gobernante podría dar por ganada la carrera y gobernar hasta 2025.
Lo cierto es que Carlos Mesa, quien fue nombrado por el Ejecutivo de Morales como vocero de la demanda marítima boliviana, ha ido tomando cada vez más distancia del gobierno y criticando cada vez más sus decisiones. Solo el domingo 3 de diciembre, el mismo día de las elecciones judiciales, publicó un artículo donde reitera que no quiere llegar otra vez al Palacio Quemado y critica el fallo que permite la repostulación de Morales.
"Evo Morales ha cruzado el río que separa la democracia del totalitarismo. Lo que viene es muy claro, la preparación de un proceso electoral que garantice el triunfo del Presidente-candidato al costo que sea necesario. El celofán democrático -ya inútil- seguirá intentando cubrir el corazón autoritario que late en el pecho de los gobernantes, que quieren mandar a Bolivia hasta el último día de sus vidas”, sostuvo Mesa. Y luego le dijo a Evo Morales por Twitter que la alta votación de nulos de ese día “es un mensaje sobre la deriva de nuestra democracia y el descrédito de nuestra justicia. Se impone que respete la soberanía popular, expresada de nuevo con contundencia".
A su favor, y de toda la oposición, juega el hecho de que el oficialista Movimiento al Socialismo (MAS, de Morales) ha ido perdiendo progresivamente el apoyo de los ciudadanos y ahora solo le queda su voto duro, en torno al 30% o 35%, lo que posibilitará un Congreso más plural tras los comicios de 2019 y no completamente dominado por los partidarios de Morales, como ha sido hasta ahora.
De cineasta a vocero marítimo
Carlos Mesa Gisbert, de 64 años, se hizo conocido gracias a un programa de entrevistas en la televisión boliviana. Pero también llevó adelante una carrera como historiador, cineasta y director de varios medios. En 2002 entró en la arena política, como candidato a Vicepresidente junto a Gonzalo Sánchez de Lozada, el abanderado presidencial del tradicional Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR). Ganaron las elecciones, pero un año más tarde, en medio de fuertes protestas populares en la llamada “Guerra del Gas”, Sánchez de Lozada renunció, y Mesa asumió el mando.
En los casi dos años que estuvo al frente del país convocó un referendo sobre la explotación y venta del gas, repuso la demanda boliviana para una salida soberana al Pacífico, reformó la Constitución y aplicó una política de austeridad en momentos que Bolivia salía de una recesión. La presencia de Evo Morales como un férreo opositor en este período, pavimentó el camino a la Presidencia del antiguo dirigente de los cocaleros (algo que se concretó en enero de 2006 tras ganar las elecciones del mes anterior). Un nuevo estallido de protestas, manifestaciones callejeras y bloqueo de carreteras, llevó a que Mesa también presentara su renuncia en junio de 2005.
Volvió a su trabajo como periodista, documentalista y escritor, pero en 2014 Morales invitó a Mesa a ser vocero del país en la demanda marítima contra Chile. Esa puede haber sido una jugada política desastrosa del mandatario, ya que como portavoz comenzó a ganar popularidad, al punto de superar en algunos momentos el mismo Morales, y ser visto como una carta presidencial de la oposición.
“Carlos Mesa aparece como el candidato ideal, pero otra cosa es si va a serlo. Es visto como la alternativa para ganarle a Evo Morales. Seguro que si se proclamara candidato la oposición se aglutinaría a su alrededor. Pero no ha expresado su deseo de ser candidato, a pesar de que aparece en todas las encuestas. Y no necesariamente hay que contar con él. Por eso será un problema encontrar un buen candidato si no es Carlos Mesa. Él efectivamente está en condiciones de ganar las elecciones”, comentó a T13 Semanal el politólogo y ex vicepresidente de la Asamblea Constituyente de Bolivia Jorge Lazarte.