El estado brasileño de Amazonas anunció este jueves la imposición de un toque de queda ante el colapso de su sistema de salud a causa de la pandemia de COVID-19, que dejó sin oxígeno a los hospitales.
En Manaos, la capital regional, "se acabó el oxígeno y algunas unidades de salud se convirtieron en una especie de cámara de asfixia", describió Jessem Orellana, de la Fundación Fiocruz-Amazonia, una institución de investigación científica, en declaraciones a la AFP.
"Estamos en el momento más crítico de la pandemia”, dijo por su lado el gobernador de Amazonas, Wilson Lima.
La región amazónica "produce cantidades significativas de oxígeno, pero hoy nuestro pueblo precisa oxígeno y solidaridad", agregó, precisando que varios pacientes serán trasladados a otros estados.
Operativos militares han llevado casi 400 cilindros de oxígeno en los últimos cinco días para abastecer la demanda.
El toque de queda regirá a partir del viernes, de 19H00 a 06H00.
Brasil enfrenta una intensificación de la pandemia, que ya dejó más de 205.000 muertos, un balance solo superado por Estados Unidos. El promedio nacional de óbitos es de 98 por 100.000 habitantes, pero en el estado Amazonas llega a 142/100.000. Solo Rio de Janeiro (158) y Brasilia (145) lo superan.
Brasil prepara el inicio de su campaña de vacunación contra el COVID-19, probablemente a partir de este mes.
"Aquí no queda una cama vacía, un tanque de oxígeno, nada, nos queda apenas la fe", dijo Luiza Castro, residente de la capital amazónica.
Imágenes en las redes sociales muestran a personas llevando tanques de oxígeno a los hospitales y pacientes que reclaman de la falta de asistencia médica.
Según datos del municipio, la ciudad registró un cuarto récord diario consecutivo de entierros: 198 personas fueron sepultadas el miércoles, de las cuales 87 fue a causa de COVID-19.