Por Daniel Merolla/ Paula Bustamante (France Presse)/Buenos Aires
El candidato oficialista Daniel Scioli aventaja en los comicios presidenciales del domingo al conservador Mauricio Macri, según sondeos de la TV, pero persisten dudas acerca de si habrá balotaje en Argentina.
En una tranquila y normal jornada electoral, que pone fin a 12 años de gobiernos centroizquierdistas de los Kirchner, los medios locales coinciden en que Scioli (58), un ex motonauta y gobernador de la superpoblada provincia de Buenos Aires, marcha delante de Macri (56), líder de la oposición, magnate empresario y alcalde de la capital.
El vocero macrista Marcos Peña dijo que "hay balotaje". El portavoz sciolista Jorge Telerman pidió "paciencia". La incógnita del comicio al que están convocados más de 32 millones de electores es si Scioli logrará sumar el 45% de sufragios o el 40% y una diferencia de diez puntos sobre el segundo para evitar la segunda vuelta. Si no lo consigue, habrá un balotaje el 22 de noviembre.
En tercer lugar se ubica el ex jefe de gabinete de la mandataria saliente Cristina Fernández y diputado peronista de centroderecha Sergio Massa (43), quien se tornó en virulento opositor. Casi el 75% del padrón acudió a votar, según fuentes de la justicia.
Los electores decidieron también la renovación de un tercio del Senado, la mitad de los diputados y de 11 de las 25 gobernaciones. Ninguna fuerza podrá tener la mayoría del Congreso, según analistas. "Cumplimos la promesa y dejamos un país normal", dijo una distendida Kirchner (62) al emitir su voto.
Impedida por ley de presentarse a un tercer mandato y sin delfín, la jefa de Estado respalda a Scioli, quien a diferencia de la confrontativa mandataria se inclina a la centroderecha y es amigable con los mercados así como con los grupos económicos.
El espíritu de Los Pumas
"Contagiémonos del espíritu de Los Pumas, con garra, orgullo y duerza para llevar la camiseta argentina", dijo Scioli al votar. La selección albiceleste de rugby perdió el domingo la semifinal del Mundial en Inglaterra ante la poderosa Australia.
"Los Pumas son un ejemplo de la Argentina que queremos", elogió también Macri, ingeniero de profesión. Massa, tercero en discordia, apostó a un cambio político gane quien gane. "Creemos que nace una nueva Argentina, termina una etapa, empieza otra", indicó.
La era que cierran estas elecciones se inició con el fallecido marido de la presidenta, Néstor Kirchner (2003-2007). El matrimonio emergió con tinte izquierdista en las postrimerías de una severa crisis que había implicado un default.
Los tres candidatos, descendientes de italianos, tienen otros tres rivales sin peso electoral. Se trata de la socialdemócrata Margarita Stolbizer, el peronista de centroderecha y expresidente que declaró el 'default' en 2001, Adolfo Rodríguez Saá, y el trotskista Nicolás del Caño.
Moderación política
Scioli gobierna la provincia de Buenos Aires, la más poblada del país con 16 millones de habitantes. Pactó con Kirchner, pero ya se diferenció al anticipar un gabinete de centroderecha.
"No propongo ninguna revolución. Mantener lo que haya que mantener, cambiar lo que haya que cambiar", afirma este licenciado en administración de empresas.
Sin carisma ni la prosa encendida e incendiaria de Kirchner, atrae al electorado con su temple al haber superado la pérdida del brazo derecho en un accidente con su lancha deportiva en 1989. Apoya las políticas sociales de Kirchner pero discrepa con su adhesión al eje bolivariano regional.
Macri cosecha el voto antikirchnerista de clases medias urbanas y rurales. Lo respalda el 'lobby' que él mismo llama 'círculo rojo', de los grandes grupos empresarios y de medios de comunicación. Fue presidente del popular Boca Juniors en un período muy exitoso con 17 títulos. Es hijo de Franco Macri, fundador de un imperio empresarial.
Massa, en tanto, hizo promesas de campaña impactantes para romper la polarización Scioli-Macri. "Emplearemos las fuerzas armadas en la lucha contra el narcotráfico", dijo al tocar un tema hipersensible. Los Kirchner llevaron a la cárcel a casi 600 militares por crímenes durante la última dictadura (1976-83).
Con una inflación extraoficial del 20% al 30%, el país dejó de crecer a tasas del 8% como en los tiempos dorados de los Kirchner. El consumo aún es alto pero el nivel real de la pobreza es motivo de polémica con la oposición.