El candidato presidencial demócrata Bernie Sanders se impuso hoy (05.03.2016) en los caucus celebrados en los estados norteamericanos de Kansas y Nebraska, mientras que la ex secretaria de Estado Hillary Clinton ganó las primarias en Luisiana, según los medios.
Estados del sur
Con la victoria en el estado de Luisiana, Clinton confirmó así su absoluto dominio sobre el senador Bernie Sanders en los estados del sur, según las proyecciones de los principales medios de comunicación.
Clinton ha ganado de momento todos los estados sureños que han acudido a las urnas hasta el momento en la carrera por la candidatura presidencial de su partido, con un total de nueve, excepto Oklahoma.
Sanders ya había logrado la victoria en cinco elecciones internas demócratas (New Hampshire, Oklahoma, Minnesota, Vermont y Colorado), mientras que Clinton se impuso en diez estados (Iowa, Nevada, Carolina del Sur, Arkansas, Virginia, Georgia, Alabama, Texas, Massachusetts y Tennessee).
Próxima parada: Michigan
Los dos aspirantes demócratas subieron sus apuestas para conquistar el estado clave de Michigan, que vota el próximo martes y que ambos consideran necesario para reforzar sus respectivas campañas.
En una jornada en la que Kansas, Luisiana y Nebraska celebraban primarias demócratas, tanto Clinton como Sanders pasaron casi toda la jornada en Michigan, que el próximo martes reparte 148 delegados, un jugoso premio para ambos.
Sanders, generalmente reticente a criticar demasiado a su rival en la contienda demócrata, la atacó más de lo habitual en un mitin en Warren (Michigan).
"Siempre que un candidato recibe enormes cantidades de dinero de Wall Street, dicen que no les va a impactar. ¿Entonces, por qué gastaría Wall Street millones de dólares en ellos?", se preguntó Sanders, cuya campaña no acepta donaciones de corporaciones.
Sanders recordó que ha pedido a Clinton que publique las transcripciones de los discursos privados que pronunció ante grandes compañías tras dejar el Departamento de Estado en 2013, algo que la favorita demócrata se niega a hacer mientras no lo hagan también los aspirantes republicanos.
"Si te pagan 229.000 dólares por discurso, tiene que ser un discurso fantástico, un discurso brillante que deberías querer compartir con el pueblo estadounidense. Un discurso extraordinario, un discurso digno de Shakespeare que todos esperamos ver", ironizó el senador por Vermont.