Los restos de soldados rusos y franceses que murieron durante la retirada de Napoleón de Moscú en 1812 serán enterrados este sábado cerca del campo de batalla de Viazma, en un inusual momento de unidad entre ambos países.
En ocho ataúdes, 126 restos descubiertos en una fosa común entre Smolensk y Moscú van a ser sepultados con honores, en presencia de los descendientes de grandes jefes militares rusos y franceses de la época.
Estos 120 soldados, tres probables mujeres que seguían a sus maridos en las campañas militares y tres adolescentes -posiblemente tamborileros- murieron durante o con motivo de la batalla de Viazma el 3 de noviembre de 1812, dos semanas después del comienzo de la retirada que culminó poco después con múltiples pérdidas durante la batalla del Berézina para cruzar el río.
La ceremonia del sábado representa un momento de unidad ahora que Rusia discrepa con Occidente en múltiples temas.
Rusos o franceses serán enterrados juntos con honores al son de salvas de cañones y bajo la mirada de un centenar de figurantes vestidos con uniformes de época.
"La muerte pone a todo el mundo en pie de igualdad: todos están en la misma tumba", afirma Yulia Khitrovo, de 74 años, tataranieta del general en jefe del zar, Mijáil Kutuzov.
"Me emociona mucho estar presente en esta ceremonia, símbolo del respeto mutuo de las partes", declara a la AFP el príncipe Joachim Murat, tataranieto del famoso mariscal de Napoleón, que asistirá al entierro.
Pierre Malinowski, presidente de la Fundación para el desarrollo de iniciativas históricas franco-rusas, promotor del evento, agradece la presencia de estos "descendientes directos de los principales actores del conflicto" que juntos conmemoran a estos soldados.
Los restos fueron desenterrados en 2019 por un equipo de arqueólogos rusos y franceses, al suroeste de Viazma, una ciudad de 52.000 habitantes. Unos diez años antes, una excavadora los encontró durante unas obras.
Los aficionados a la historia creyeron que era una de las muchas fosas comunes de la Segunda Guerra Mundial pero un informe de expertos de la Academia de Ciencias rusa concluyó que se trataba de víctimas de la campaña de Napoleón, muchas de entre 30 y 39 años, explicó a la AFP la antropóloga Tatiana Chvedchikova.