AFP
Una ley que entrará en vigor el miércoles en Rusia vetará las conexiones seguras y anónimas a internet, una decisión que los profesionales y los defensores de los derechos humanos califican de aumento de la censura a cuatro meses de las elecciones presidenciales.
El texto, adoptado este verano, prohíbe los programas que permiten acceder a internet de forma anónima o por "VPN" ("redes privadas virtuales"), unas conexiones utilizadas por empresas con fines de seguridad, y también por usuarios que quieren hacer creer que se conectan desde otros países para burlar los sistemas de bloqueo de algunas páginas web.
La nueva ley le encarga a la agencia rusa de vigilancia de las telecomunicaciones, Roskomnadzor, que establezca la lista de los servicios que permiten conectarse de forma anónima a internet y le da permiso para bloquearlos.
Para sus autores el objetivo es evitar que los internautas visiten webs bloqueadas por la justicia rusa, por ejemplo, las que tienen relación con organizaciones terroristas.
Sus detractores opinan, sin embargo, que es una nueva etapa de la censura ejercida sobre internet desde el regreso del presidente Vladimir Putin al Kremlin en 2012.
Estas nuevas medidas entran en vigor a cuatro meses de las presidenciales de marzo, en las que Putin será probablemente candidato a un cuarto mandato.
La oposición, ignorada en gran medida por los medios de comunicaciones rusos, utiliza internet y las redes sociales para difundir sus mensajes.
La oenegé Amnistía Internacional criticó un "gran golpe contra la libertad de internet", y Edward Snowden, el exanalista de los servicios de inteligencia estadounidenses refugiado en Rusia, opinó que la ley volverá el país "menos seguro y menos libre".
La ley "afectará a los periodistas y los militantes que utilizan esos servicios para publicar mensajes de manera anónima", avisa Eva Galperin, directora de ciberseguridad en Electronic Frontier Foundation, una oenegé de protección de libertades en internet con sede en Estados Unidos.
Galperin cree que la ley se aplicará de forma selectiva y no se impondrá a las compañías extranjeras implantadas en Rusia, que sin las VPN temen perder una forma de garantizar la seguridad de sus datos.
'Control absoluto'
Varios proveedores de servicios VPN, como VPN Zenmate o Private Internet Access ya avisaron de que no acatarán la nueva ley.
El texto "pide prácticamente a los servicios VPN que ayuden a Rusia a reforzar su régimen de censura", se indigna Harold Li, vicepresidente del grupo Express VPN International.
"Las VPN son esenciales para preservar la privacidad y el anonimato en línea, y para la libertad de expresión. Estas restricciones representan por tanto un ataque contra los derechos digitales", dijo a la AFP.
El aparato legislativo que regula internet se ha ido reforzando desde 2012, coincidiendo con un endurecimiento de la política del Kremlin y un aumento de la amenaza terrorista.
Otra ley impone a las empresas tecnológicas y de telecomunicaciones, incluidas las extranjeras, que a partir de 2018 almacenen los datos de sus usuarios rusos en Rusia y que los transmitan a las autoridades si éstas lo requieren.
A mediados de octubre, la justicia rusa condenó a la aplicación de mensajería Telegram a pagar una multa después de que esta se negara a entregar a los servicios secretos (FSB) las claves de encriptado que permiten leer los mensajes de algunos de sus usuarios.
Para Sarkis Darbinian, director del Centro para los Derechos Digitales en Moscú, la estrategia seguida por Rusia se basa en "el concepto de soberanía digital", es decir, en el control del tráfico en internet en su territorio.
En China, donde las autoridades llevan mucho tiempo controlando la red, el gobierno comenzó a bloquear, antes del reciente congreso del Partido Comunista, los programas VPN, que hasta entonces se podían descargar fácilmente.
Pero, según Eva Galperin, aunque el objetivo final del Kremlin sea tener "el control absoluto sobre las comunicaciones por internet", sus capacidades técnicas siguen siendo inferiores a las de China.