Rusia anunció el viernes que destruyó una fábrica de armas a las afueras de Kiev e informó de que los ataques contra la capital ucraniana se intensificarán en respuesta a las agresiones que ha sufrido en su territorio.
"El número y la magnitud de los ataques con misiles en lugares de Kiev aumentarán en respuesta a todos los ataques de tipo terrorista y a los sabotajes perpetrados en territorio ruso por el régimen nacionalista de Kiev", anunció el portavoz del ministerio ruso de Defensa, Igor Konashenkov, detallando que el jueves por la noche destruyeron una fábrica de misiles tierra-aire cerca de la capital ucraniana.
Estas declaraciones parecen anunciar un cambio de estrategia de Rusia, que tras no lograr controlar Kiev y su región, retiró sus tropas y anunció a finales de marzo que se concentraba en el este de Ucrania.
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El jueves, los gobernadores de dos regiones rusas, fronterizas con Ucrania, acusaron a Kiev de bombardear dos pueblos en territorio ruso, Klimovo y Spodariushino, ataques en los que hubo 7 heridos.
En el primero de los lugares, el ataque se llevó a cabo con helicópteros, según fuentes rusas, acusaciones desmentidas por Ucrania.
El viernes, Konashenkov explicó que uno de los helicópteros que perpetraron este ataque fue destruido por la defensa rusa cuando regresaba a su base.