Rusia incluye a Estados Unidos en su lista de "hostiles" en medio de la invasión a Ucrania
Rusia continúa con su escalada bélica en Ucrania, donde el Presidente Vladimir Putin indicó que no detendrá los ataques hacia objetivos ucranianos hasta que el gobierno encabezado por Volodímir Zelenski acepte la rendición y acepte todas las condiciones que exige el Kremlin.
Algo que no ha tenido una buena respuesta tanto desde los ucranianos como de la comunidad internacional.
En ese escenario es que Rusia publicó una especie de "lista negra", en la que se especifica quiénes son los "enemigos" en esta guerra, incluyendo a países como Reino Unido y Canadá. Decisión que se habría tomado luego que dichas naciones han enviado ayuda económica y bélica a Ucrania.
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De esta manera es que el Kremlin considera a 22 países como sus "hostiles" en esta guerra que se libra en territorio ucraniano.
Australia, Albania, Andorra, Reino Unido, Unión Europea, Islandia, Canadá, Lichtenstein, Micronesia, Mónaco, Nueva Zelanda, Noruega, Corea del Sur, San Marino, Macedonia del Norte, Singapur, EE.UU., Taiwán, Montenegro, Ucrania, Suiza, Japón
Respuesta rusa a las sanciones económicas
Según detalla AFP la realización de este listado tiene que ver con una forma de Rusia para responder a las sanciones del resto de los Estados.
Esta lista de países, preparada tras un decreto presidencial, hace referencia a un "procedimiento provisional".
Con ello el deudor podrá pedir a un banco ruso que cree una cuenta especial en rublos a nombre del acreedor extranjero y enviarle un pago en moneda rusa por la cantidad debida, a la tasa de cambio del día en cuestión, según indique el Banco Central.
Esta medida se aplicará a pagos superiores a 10 millones de rublos por mes.
Se trata de una de las primeras respuestas rusas a las sanciones sin precedente impuestas a Rusia por numerosos países extranjeros tras su intervención militar en Ucrania.
Las sanciones provocaron la depreciación histórica del rublo y se ven acompañadas de la congelación de una parte de los fondos de las autoridades en el extranjero, lo que impide al Banco Central sostener la moneda rusa.