Rumania inaugura su primer hospital financiado exclusivamente por donaciones
Eric, un niño de 15 meses que sufre un tumor en el cerebro, se pasea por los coloridos pasillos de un nuevo hospital pediátrico inaugurado en Rumania, el primero financiado exclusivamente por donaciones de particulares en un país con una infraestructura de salud vetusta.
Oana Gheorghiu, una de las cofundadoras de la asociación Daruieste Viata (Dona vida) que hizo posible este proyecto, afirmó que cuando lanzaron la fundación hace unos años no esperaban la ola de generosidad que recibieron.
"Tenemos tan poca confianza los unos en los otros", declaró a la agencia AFP. "Pero finalmente, los rumanos necesitamos causas que nos lleguen al corazón".
Más de 8.000 empresas y 350.000 personas, incluyendo el grupo de música estadounidense Metallica, donaron dinero para reunir 53 millones de euros (unos 53 mil 300 millones de pesos chilenos).
Del total recaudado, 20 millones de euros provienen de pequeñas donaciones de entre 2 y 4 euros recolectados por una campaña por SMS.
Para Carmen Uscatu, la otra cofundadora de la asociación, esta es la prueba de que "todo es posible".
Rumania registra una de las tasas de gasto en salud por habitante más bajas de la UE
Frente a las falencias del Estado, en un país donde las tasas de supervivencia de los niños con cáncer es de las más bajas de la Unión Europea, en torno a un 70% frente a la media del 81%, las dos economistas decidieron tomar cartas en el asunto.
Para esta ONG, hay una mezcla de "incompetencia, falta de visión y de corrupción".
Para Tudor Chirila, un actor y músico que es uno de los donantes, esta iniciativa es "una bofetada para los políticos que no han hecho nada".
Tras la caída del comunismo en 1989, la infraestructura hospitalaria en Rumania se degradó poco a poco. La mayoría de los edificios fueron construidos antes de 1970 y ya "no cumplen las normativas", según un informe reciente del Tribunal de Cuentas.
Pese a que Rumania registra un vigoroso crecimiento de la economía, el Estado registra una de las tasas de gasto en salud por habitante más bajas de la UE, según los últimos datos de Eurostat.
Además, el país tiene problemas para retener a los médicos y cerca de 15.000 facultativos emigraron desde su entrada en el bloque europeo en 2007.
El moderno edificio gris y amarillo, construido dentro de las dependencias de un hospital público, contrasta con el entorno.
Con el objetivo de alegrar la vida de niños internados, este centro con 140 camas tiene salas de juegos, un cine y observatorio astronómico en el techo.
Hospital 'como en casa'
Eric, que fue diagnosticado el año pasado con un neuroblastoma, uno de los cánceres pediátricos más frecuentes, inició su tratamiento en el antiguo hospital antes de trasladarse al nuevo centro para someterse a una quimioterapia.
La madre de Eric, Ildiz Ivan, de 41 años, celebra el "cambio radical" con respecto a las vetustas instalaciones del viejo hospital.
"Si no fuese por los médicos y las enfermeras, me sentiría como en casa", relató la mujer.
Los trabajadores reportaron que el cambio también se refleja en su vínculo con los pacientes.
"Nuestra relación con los pacientes es diferente", más distendida, destacó la hematóloga, Madalina Schmidt, que vivía a unos 400 kilómetros y se mudó a Bucarest para disfrutar de este entorno laboral.
Ahora, la asociación busca recaudar más dinero para construir otro edificio que albergue otras unidades que están el hospital antiguo.
"No podemos parar aquí", afirmó Uscatu quien sueña con que los padres de los enfermos ya no tengan que buscar tratamiento en el extranjero, "como hacen los políticos".