El estado de Rio de Janeiro, que atraviesa una grave crisis financiera, decretó este viernes el "estado de calamidad pública" para poder financiar los Juegos Olímpicos de agosto y los servicios públicos esenciales.
El decreto, publicado en el diario oficial, habilita a las autoridades a "adoptar las medidas excepcionales necesarias a la racionalización de todos los servicios públicos, con vistas a la realización de los Juegos Olímpicos y ParalímpicosRio-2016".
La grave crisis financiera del estado "impide el cumplimiento de las obligaciones asumidas a raíz de la realización de los Juegos", precisó el decreto, firmado por el gobernador interino del estado de Rio, Francisco Dornelles.
El gobernador calificó recientemente la situación de "trágica". "Nunca vi nada igual en Brasil ni en todo el estado. Ahora tenemos que actuar junto al gobierno federal" para examinar qué se puede privatizar, qué inmuebles se pueden vender, afirmó.
Los profesores están en huelga desde el 2 de marzo y la mayoría recibirán el salario de mayo en cuotas, al igual que funcionarios públicos y jubilados. Muchos de ellos no reciben sus salarios desde hace meses.
Hay hospitales que niegan atención por falta de recursos y los estudiantes ocuparon escuelas para protestar contra los cortes en la educación. El gobierno eliminó cinco secretarías y anuló dos programas sociales.
Tanto el estado de Rio como la alcaldía son gobernados desde hace años por el partido PMDB (centro derecha) del presidente interino Michel Temer, blanco de varias acusaciones de corrupción en el marco del fraude a la estatal Petrobras.
¿"Colapso" de salud y seguridad?
El gobernador advirtió asimismo que la crisis financiera, empeorada por los gastos en los Juegos, ya dificulta la prestación de servicios esenciales y "puede acarrear el total colapso de la seguridad pública, la salud, la educación, el transporte y la gestión ambiental".
La previsión del déficit del estado de Rio para este año es de 19.000 millones de reales (5.555 millones de dólares), debido a la aguda caída de la recaudación en un Brasil en profunda recesión. Los royalties petroleros, primera fuente de ingresos del estado, pasaron de representar 3.500 millones de dólares en 2014 a 1.000 millones este año.
El gobierno estatal de Rio pide desesperadamente ayuda al gobierno federal para poder financiar obras de infraestructura ligadas a las Olimpíadas, y obtuvo casi mil millones de reales para terminar la línea 4 del metro que debe unir Ipanema con Barra da Tijuca, donde estará situado el cuartel general de los Juegos Olímpicos.
"La situación de Rio es dramática. Existe una insuficiencia próxima a los 20.000 millones de reales (...) El gobierno tendrá que elegir a quién paga y a quién no", dijo el economista Raúl Velloso, especialista en cuentas públicas, al portal G1.
La economía brasileña descarriló en 2015, cuando cayó 3,8%, con una inflación de dos dígitos. En 2016, el desempleo saltó hasta un récord de 11,2% y el gobierno proyecta que cerrará con un enorme déficit fiscal primario cercano a los 47.000 millones de dólares.
Los operadores esperan que el año 2016 cierre con una caída de 3,6%, en momentos en que la mayor economía de América Latina se encamina hacia su peor recesión en más de 80 años.
Brasil también está en medio de un controvertido proceso de impeachment contra la presidenta Dilma Rousseff, suspendida en mayo por el Senado por supuesta manipulación de las cuentas públicas.
Rousseff fue reemplazada por su vicepresidente Michel Temer, que conducirá el país hasta que se defina el caso, probablemente a mediados de agosto, en pleno desarrollo de los Juegos Olímpicos de Rio de Janeiro.
Los Juegos acogerán a unos 10.500 atletas y a medio millón de turistas extranjeros en Rio del 5 al 21 de agosto. Los Juegos Paralímpicos, por su parte, se celebrarán del 7 al 18 de septiembre.