AFP
Las autoridades saudíes prometieron una investigación "rápida y transparente" de la estampida, que dejó más de 700 muertos el jueves en Mina, cerca de La Meca, durante la peregrinación anual de los musulmanes al primer lugar santo del islam.
La avalancha tuvo lugar en el primer día del Aid al Adha (fiesta del sacrificio), durante el ritual de la lapidación de Satán en Mina, que consiste en lanzar piedras contra estelas que lo representan.
Varias personas que abandonaban una de las estelas se cruzaron con un gran número de peregrinos que querían acceder al lugar, precisó un responsable del ministerio de Salud.
El rey Salman, que recibió en la noche a los responsables de la peregrinación, dijo que espera "lo más pronto" posible resultados de la investigación y agregó que ordenó "una revisión de los planes" de organización de este ritual para que los fieles lo celebren "en seguridad".
En una primera reacción oficial, el ministro de Salud, Jaled al Falih, prometió una investigación "rápida y transparente" del accidente, que atribuyó a una falta de disciplina de los peregrinos.
Más prudente, el portavoz del ministerio del Interior, el general Mansur Turki, recomendó "no avanzar las conclusiones de la investigación", ya que "el importante calor y el estado de fatiga de los peregrinos también influyeron en el número elevado de víctimas".
La identificación de los muertos y heridos comenzó y las nacionalidades de las víctimas se anunciará posteriormente, precisó Turki.
Esta tragedia es la más mortífera durante la peregrinación, o "hach", desde hace 25 años en Arabia Saudí, a donde viajan cada año dos millones de peregrinos.
Irán denuncia una 'mala gestión'
En el extranjero, la Casa Blanca, el secretario general de Naciones Unidas, Alemania, Francia, el presidente del Consejo Europeo y Turquía expresaron su tristeza y su pésame.
El papa Francisco expresó su solidaridad con los musulmanes, al inicio de una oración vespertina en la catedral de San Patricio de Nueva York, en la segunda etapa de su viaje por Estados Unidos.
Según el último balance facilitado por las autoridades saudíes, 717 personas fallecieron y 863 resultaron heridas en la estampida.
El gran muftí de Turquía, Mehmet Görmez, indicó que 18 peregrinos turcos desaparecieron. Argelia informó de tres muertos entre sus ciudadanos, mientras que Omán evocó un desaparecido de su país.
Irán aseguró que habían fallecido al menos 90 de sus ciudadanos y atribuyó la responsabilidad de la estampida a las autoridades saudíes.
El guía supremo iraní, el ayatolá Ali Jamenei, consideró que "medidas no apropiadas" y una "mala gestión" de Riad causaron la tragedia.
Las autoridades decidieron cerrar los accesos al lugar del accidente y requisaron cuatro hospitales, 220 ambulancias y varios helicópteros.
En medio de un caos indescriptible, los peregrinos eran transportados en camillas unos tras otros, mientras los agentes intentaban alejar a los curiosos.
Imágenes difundidas en internet muestran numerosos cuerpos inertes en el suelo y objetos personales como los paraguas de colores que utilizan los peregrinos para protegerse del sol.
Un peregrino sudanés, que se encontraba en Mina en el momento de la estampida, opinó que este era el hach peor organizado de los cuatro a los que había asistido.
"La gente ya estaba deshidratada y se desmayaba" antes de la avalancha, dijo. "Los peregrinos se tropezaban unos con otros".
Segundo accidente en 13 días
La seguridad de los peregrinos es blanco a menudo de críticas contra Arabia Saudí, que sin embargo había realizado importantes obras para facilitar el movimiento de las personas y evitar accidentes como este.
Y, este año, esta monarquía del Golfo había desplegado a 100.000 policías para garantizar la seguridad durante el peregrinaje después de que una grúa se derrumbara el 11 de septiembre en la Gran Mezquita de La Meca, matando a más de 109 personas e hiriendo a más de 400.
Para Irfan al Alawi, cofundador del Islamic Heritage Research Foundation, con sede en La Meca, el problema reside en el control de la muchedumbre.
"Intentaron mejorar las instalaciones, pero la prioridad para la salud y la seguridad queda siempre en un segundo plano", estimó.
Desde 1990, seis de los siete principales accidentes ocurridos durante el hach se produjeron en el ritual de la lapidación.
La peor tragedia tuvo lugar en julio de 1990: 1.426 peregrinos, en su mayoría asiáticos, fallecieron en un túnel de Mina a raíz de una estampida provocada al parecer por una avería del sistema de ventilación.
El hach, uno de los cinco pilares del islam, congregó este año a 1,4 millones de personas procedentes del extranjero y a cerca de 600.000 peregrinos que viven en Arabia Saudita, según las autoridades saudíes.