Un ancestro de la ballena azul que vivió hace casi 40 millones de años, del cual se encontraron restos fósiles en Perú, podría ser el animal más pesado que jamás haya existido, según un estudio publicado este miércoles.
El mastodonte marino, apodado Perusetus colossus (la "ballena colosal de Perú") tras su identificación en 2010, vivió hace 39 millones de años y pesaba en promedio 180 toneladas, indica el informe, publicado en la revista Nature.
Ese peso sería insuficiente para destronar al mayor ejemplar de ballena azul que con 190 toneladas ostenta el récord Guiness de masa entre las especies, superior incluso al de los dinosaurios gigantes extinguidos hace millones de años.
Perusetus colossus, la "ballena colosal de Perú"
Pero las inferencias realizadas a partir de las osamentas del Perucetus colossus llevaron a los investigadores a atribuir al antiguo cetáceo un peso que podría variar en un rango de las 85 a las 340 toneladas. Los científicos son prudentes sobre sus conclusiones, "pero no hay ninguna razón para pensar que el ejemplar descubierto en Perú fuera el más pesado de su especie", declaró a AFP Eli Amson, coautor del estudio.
"Hay muchas posibilidades que algunos ejemplares hayan roto el récord" de la ballena azul, agregó este paleontólogo del Museo Nacional de Historia Natural de Stuttgart, en Alemania. Lo que es seguro es que estamos "en el mismo rango".
El primer fósil de Perucetus colossus fue descubierto en 2010 en un desierto de la costa sur de Perú por el paleontólogo Mario Urbina. Pero "parecía más una roca que un fósil", según Eli Amson.
En el lugar se encontraron 13 vértebras gigantescas, una de ellas superó los 200 kilos, además de cuatro costillas y un hueso de cadera. El trabajo de recolección y preparación de los huesos tomó años y varias expediciones para que el equipo de científicos peruanos y europeos pudieran confirmar qué es lo que habían encontrado.
Este miércoles revelaron que se trata de una nueva especie de basilosaurido, una familia ya extinta de cetáceos. Los cetáceos actuales incluyen a delfines, ballenas y marsopas. Sus primeros ancestros eran animales terrestres que parecían pequeños ciervos.