Los republicanos en la Cámara de Representantes de EE. UU., tras numerosos retrasos y debates internos, presentaron la propuesta de reforma fiscal que sigue las directrices marcadas por el presidente del país, Donald Trump, de lograr "un alivio masivo de impuestos para los estadounidenses". "Es tu dinero.
Te lo ganaste. Mereces guardarlo", recalcó en una conferencia de prensa Kevin Brady, presidente del Comité de Medios y Arbitrios de la Cámara y autor de la propuesta.
El presidente de la cámara baja, Paul Ryan, explicó que el plan prevé por ejemplo que una familia de cuatro integrantes con un ingreso promedio anual de unos 60.000 dólares pague 1.182 dólares menos. Además, explicó que la idea es que la declaración de impuestos sea más sencilla.
"La declaración de impuestos entrará en el futuro en una postal", indicó. Impuesto empresarial De todas formas, el núcleo de la reforma es el impuesto empresarial, al que se busca reducir para que las compañías estadounidenses tenganuna menor carga fiscal y sean más competitivas a nivel internacional.
Según este plan, la tasa máxima para las empresas baja del 35 al 20 por ciento. En tanto, para los hogares habrá cuatro niveles de impuestos, de 12, 25, 36 y 39,5 por ciento.
El valor máximo se mantiene para hacer frente a la acusación de que la reforma beneficia a los más ricos. Poco después de conocerse los detalles, Trump emitió un comunicado en el que "aplaude" el plan como un paso más hacia "el alivio masivo de impuestos para los estadounidenses".
Entre sus "prioridades", el mandatario destacó "la reducción de los impuestos a las empresas para que los empleadores puedan crear más trabajo, elevar los salarios, y dominar a sus competidores en todo el mundo".
"Estos históricos recortes de impuestos –afirmó Trump– son el combustible necesario para que nuestra economía crezca como nunca antes".
El plan "exacerba la injusticia y la desigualdad" Los demócratas criticaron frontalmente la propuesta republicana y prometieron combatirla durante el proceso de debate en ambas cámaras del Congreso estadounidense.
"Lo que estamos viendo hoy es un plan que exacerba la injusticia y la desigualdad en nuestro código fiscal", indicó Chuck Schumer, el líder de la minoría demócrata en el Senado, en una intervención en el pleno de la Cámara.
Asimismo, se expresó el exaspirante a la candidatura presidencial demócrata de 2016 Bernie Sanders en un comunicado, en el que tildó el plan de "desastre", ya que de aprobarse "creará un gran agujero en el déficit que forzará enormes recortes en Seguridad Social y los programas de cobertura sanitaria Medicare y Medicaid".
Aunque los republicanos están de acuerdo en la bajada de impuestos, el principal escollo es que el plan de Trump implica un aumento del déficit presupuestario de 1,5 billones de dólares en la próxima década, y muchos de ellos se oponen a cualquier incremento en el endeudamiento federal.
Por ello, comienza ahora el tortuoso debate en el Congreso para sacar adelante esta ambiciosa reforma fiscal, que de producirse sería la primera en EE. UU. desde la llevada a cabo por el presidente Ronald Reagan en la década de 1980.