Algo extraordinario está ocurriendo en la política británica.
Un hombre que votó desobedeciendo más de 500 veces la línea partidaria podría convertirse, contra todas las expectativas, en el nuevo líder de su partido, el mayor de oposición, el Laborista.
Jeremy Corbyn, un parlamentario veterano considerado por muchos "demasiado de izquierda" para cautivar al electorado encabeza las encuestas y despierta la pasión de miles de jóvenes que ya no esperaban nada de los políticos.
La prensa y los analistas no se cansan de hablar del fenómeno, al que han dado en llamar Corbynmanía, pero ¿cuáles son sus causas?
"Hacia un precipicio"
Jeremy Corbyn, de 66 años, es uno de los cuatro candidatos a nuevo líder del Laborismo, un partido diezmado en las elecciones de mayo ganadas por el Partido Conservador del primer ministro David Cameron, de derecha.
Corbyn entró en la carrera a último momento, nominado por algunos parlamentarios de su partido que querían "ampliar el debate" y veían su presencia como un elemento simbólico.
Jamás soñaron lo que vendría después.
La votación por correo ya ha comenzado y el nuevo líder será anunciado el 12 de septiembre.
En los últimos días figuras prominentes del Laborismo presentaron una posible victoria de Corbyn como un verdadero apocalipsis, advirtiendo que el partido podría dividirse, y que el parlamentario jamás podría convertirse en primer ministro.
El exprimer ministro laborista Tony Blair dijo que "el partido está caminando con los ojos cerrados hacia un precipicio".
"Si Jeremy Corbyn es electo líder, no sólo sufriremos una derrota como la de 2015. El partido posiblemente será aniquilado", escribió Blair en la prensa.
Pero las críticas no parecen disminuir, sino fortalecer, la popularidad de Corbyn. Y gran parte del secreto, según analistas, es su resonancia con la juventud.
Los jóvenes y la austeridad
"Cuando mi hija de 25 años fue a un acto de campaña me dijo que se sintió eufórica, inspirada por la pasión y convicción de Corbyn", escribió en una columna el músico británico Brian Eno.
"Y me di cuenta que tal vez es la primera vez que muchos de su generación ven a un político británico que habla sin ningún papel preparado por sus jefes de prensa, y lo hace con confianza y coraje, en base a creencias arraigadas y décadas de experiencia personal", agregó.
Una de las jóvenes que apoya a Corbyn es Lyndsey, una artista preocupada por la escasez de vivienda, quien antes votó a otro partido. "Pero ahora realmente creo en Corbyn y en que tenemos una oportunidad de cambiar las cosas", dijo a la BBC.
Para Joseph Stiglitz, Premio Nobel de Economía y profesor de la Universidad de Columbia, en Nueva York, los jóvenes se sienten defraudados por gobiernos con retóricas de centroizquierda cuyas políticas no difieren demasiado de la centroderecha.
En una reciente visita a Londres, Stiglitz advirtió que muchas políticas de gobiernos de centroizquierda como el de Blair en el Reino Unido o el de Bill Clinton en EE.UU. "concentraron la riqueza en una minoría".
"No me sorprende que haya demanda por un mensaje fuerte contra la austeridad. Los partidos de centroizquierda dicen que su versión de austeridad es más suave", señaló Stiglitz.
"Pero, como se ha visto en Europa, estos partidos ganan elecciones y luego deben hacer lo que exige Alemania, de modo que la retórica puede ser más suave, pero los resultados no lo son tanto".
"¿Qué representamos?"
Una de las acciones recientes que distinguió a Corbyn de sus rivales fue la votación en el parlamento del primer presupuesto presentado en julio por los conservadores tras las elecciones de mayo.
El presupuesto incluyó medidas, que según el Instituto de Estudios Fiscales británico, un centro independiente, aumentarán la pobreza de al menos un millón de familias.
Un análisis en abril de otro centro de estudios, New Policy Institute, dijo que los recortes impuestos por los conservadores en los últimos dos años habían "colocado bajo la línea de pobreza a 300.000 menores".
Uno de los anuncios más controvertidos del presupuesto de julio fue la limitación de los pagos de ayuda a la niñez, "child tax credit", a los dos primeros hijos. El Partido Conservador defendió la medida afirmando que es parte de recortes necesarios para el equilibrio fiscal y que tiene como fin disminuir la dependencia de millones de personas del sistema de ayudas estatales.
Cuando el presupuesto fue votado en el parlamento, los rivales de Corbyn siguieron la línea partidaria y se abstuvieron.
Corbyn en cambio, al igual que cerca de 40 laboristas rebeldes, votaron en contra, insistiendo en que si el partido se apartaba de su base esencial de proteger a los más pobres, ¿entonces qué representaba?
Para sus seguidores, esa consistencia es precisamente uno de sus grandes atractivos. Se compartan o no sus posturas, el político laborista ha venido defendiéndolas sin mayor atención de la prensa, pero con firmeza, durante prácticamente 40 años.
Vegetariano y abstemio
Corbyn es sin duda una figura diferente en la opulenta sede del poder del Parlamento británico, donde representa el distrito londinense de Islington North. Ha sido reelecto desde 1983.
Casi enjuto, de ropas sencillas y sin corbata, vegetariano, un "teetotal" como se denomina en inglés a quien no consume ni una gota de alcohol.
Como escribió un columnista en el diario The Observer, "lo que hace inusual a Corbyn es que aún cree en lo que creía cuando era un joven sindicalista no asalariado".
Su gran inspiración, según observadores, parece haber sido su madre, una profesora de matemáticas en un colegio de niñas, quien alimentó en él y sus hermanos amor por la ficción moderna y la historia.
Su madre le regaló una colección de ensayos de George Orwell para su cumpleaños número 16 y le dijo tempranamente que debía decidir cuáles eran sus creencias y estar dispuesto a actuar en consecuencia para defenderlas.
Esposas latinoamericanas
Corbyn se casó por primera vez con la británica Jane Chapman, concejal laborista en 1974. La pareja duró cinco años y, en 1987, el político contrajo matrimonio con su segunda esposa, Claudia Bracchitta, exiliada chilena quien llegó a Reino Unido con su familia siendo niña.
Corbyn y Bracchitta fueron figuras prominentes en la campaña por lograr la extradición a España desde el Reino Unido de Augusto Pinochet.
Según admitieron al diario The Guardian, en una entrevista exclusiva en 1999, la pareja acabó su relación en parte por una diferencia motivada en las convicciones del político.
Cuando el mayor de sus tres hijos fue colocado como única opción por Islington en un liceo público de mal nivel académico, Corbyn se negó a enviarlo a un colegio fuera del distrito. Su madre, en cambio, insistió en inscribirlo en un mejor colegio público en otro barrio de la ciudad.
El periodista que entrevistó entonces a la pareja, Andy McSmith, escribió: "algo que es esencial para Corbyn es que siempre ha sido firme en sus convicciones. Y eso se habría perdido si hubiera actuado como un político que dice creer en el actual sistema de educación pública para otros pero no para sus hijos".
"Ese era el dilema para Corbyn. Para su esposa Claudia, en cambio, el gran dilema era que no pudo forzarse a hacer algo que hubiera hecho infeliz a su hijo".
Corby se casó este año con su tercera esposa y pareja de varios años, la mexicana Laura Álvarez.
Preocupaciones inmediatas
A pocas semanas de que se anuncie al nuevo líder del Partido Laborista, sus críticos y rivales siguen insistiendo en que sus posturas son "viejas soluciones para viejos problemas".
Su propuesta política en la actual campaña incluye entre otros puntos, renacionalizar el servicio ferroviario y las principales compañías energéticas, abandonar el programa de submarinos nucleares y retirar al país de la OTAN.
Corbyn sigue siendo miembro de Amnistía Internacional, la Campaña de Solidaridad con los Palestinos, la Campaña por el Desarme Nuclear y la Coalición contra la Guerra.
Se convierta o no en nuevo líder laborista, Corbyn ha dejado en claro que sí hay apetito en un sector de la población por un nuevo tipo de político.
En los comicios generales de mayo, el Partido Laborista tenía 200.000 miembros. En las últimas semanas miles más se inscribieron para poder votar en la elección de un nuevo líder.
El número de miembros escaló a 600.000, en medio de acusaciones de que hasta algunos conservadores se habían inscrito para votar y asegurar la victoria de "alguien que jamás sería electo primer ministro, como Corbyn".
Lo cierto es que más allá del resultado de las internas del Laborismo, Corbyn ya ha revolucionado el panorama político británico.
¿Podría ganar las próximas elecciones generales y convertirse en primer ministro en 2020?
Por ahora, las preocupaciones en la mente de sus seguidores parecen ser más inmediatas.
Según el experto en ciencias políticas Paul Whitely, de la Universidad de Essex, "los votantes no se hacen interrogantes como dónde está Jeremy Corbyn en el espectro de la izquierda o la derecha".
"Lo que ellos se preguntan es: '¿dice este hombre algo nuevo que pueda ayudar al Reino Unido a enfrentar sus problemas?'"