La reina Isabel II se sintió "exhausta" después de haberse contagiado de COVID-19 en febrero, reveló durante una videoconferencia con personal sanitario la monarca británica, que cumplirá dentro de poco 96 años.
Cuando Isabel II dio positivo por COVID-19 manifestó, según el palacio de Buckingham, "síntomas leves".
El virus deja "muy cansado y exhausto, ¿es así, no?", preguntó la reina a Asef Hussain, un paciente que tuvo el COVID-19, durante la inauguración virtual de una unidad de cuidados médicos que lleva su nombre en el Royal London Hospital de la capital británica.
Antes de enfermarse por el coronavirus, Isabel II ya tuvo que reducir su agenda en octubre, tras pasar una noche en el hospital, aunque nunca se reveló la causa de esta hospitalización.
Desde el inicio de la pandemia vive en el castillo de Windsor, a unos 40 kilómetros de la capital, y encuentra dificultades para desplazarse.
La semana pasada, la reina participó en una ceremonia religiosa en homenaje a su esposo, el príncipe Felipe, fallecido hace un año, lo que supuso su primer acto público después de meses de ausencia.
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Al final de la videoconferencia con el personal médico, Isabel II discutió con el equipo de construcción que levantó en pocas semanas la unidad de cuidados, ante el aumento de número de enfermos.
"Es interesante, cuando ocurre algo vital, todo el mundo trabaja junto. Es maravilloso, ¿no?", dijo.
El personal del sistema de salud pública británico, el NHS, trabajó con mucha presión durante la pandemia, soportando largas guardias, equipos pesados y el riesgo de contagiarse y contagiar a sus familias.
Unos 33.000 empleados sanitarios del NHS dejaron su puesto entre julio y septiembre de 2021, 7.000 de ellos para encontrar un mejor equilibrio en sus vidas, según las estadísticas oficiales. Es más del doble que en último trimestre de 2019, justo antes de la pandemia.