Referendo en Italia: qué pasará después de la renuncia del primer ministro Renzi y otras preguntas
El primer ministro de Italia, Matteo Renzi, anunció que presentará su renuncia este lunes tras sufrir un contundente revés en el referendo con el que se proponía iniciar una reforma constitucional.
Renzi asumió la responsabilidad de la derrota del "Sí" en la votación del domingo y llamó a los impulsores del "No" a presentar propuestas nuevas y claras para seguir adelante.
Con el recuento casi terminado, el rechazo a la propuesta de reforma obtuvo el 59,1% de los votos, contra un 40,9% que se inclinó por el "Sí".
El nivel de participación fue inusualmente elevado, del 70% de los habilitados, que muchos analistas explican como una señal de descontento con el primer ministro que motivó a muchos a salir a votar.
Pero, como ha ocurrido con otros referendos, la lectura de quién gana y quién pierde con este resultado es compleja. ¿Qué pasará en Italia con la dimisión? ¿Y en el resto de Europa? ¿Cómo impactará esta crisis política en la economía y en la moneda común de la Unión Europea (UE)?
BBC Mundo responde aquí a esas y otras preguntas que explican el alcance del resultado del referendo italiano.
¿Por qué perdió Renzi?
Matteo Renzi se jugó su futuro en un intento por modificar el burocrático y complejo sistema político italiano. Quería fortalecer el gobierno central y quitarle poder al Senado.
Sus opositores, incluso aquellos de su propio partido, argumentaron que esas reformas le hubieran dado al primer ministro demasiado poder y que las propuestas eran antidemocráticas. Y el electorado estuvo de acuerdo con ellos.
Pero el referendo fue más que una expresión de la opinión de la ciudadanía sobre el asunto particular de la reforma constitucional.
Muchos lo vieron como una oportunidad de expresar el rechazo a la gestión de Renzi en general, o al establishment político en un sentido amplio.
La victoria de la oposición fue mayor a la que había anticipado el último sondeo, realizado en noviembre.
Y los grandes jugadores políticos detrás del resultado son los impulsores de la campaña del "No", un rejunte de partidos populistas liderados por el movimiento 5 Estrellas, que capitalizó la pérdida de popularidad de Renzi, los años de estancamiento político y el descontento que generan en ciertos sectores de la sociedad las decenas de miles de inmigrantes que llegan a Italia desde África.
5 Estrellas fue fundado en 2009 por el comediante devenido bloguero Beppe Grillo, que ahora ha delegado la dirección del partido pero es todavía su principal cara visible y una gran influencia puertas adentro.
El partido ha hecho campaña en contra de la corrupción del sistema político italiano y ha ganado terreno en la preferencia de los votantes. De hecho, tiene ya el control de dos ciudades, Roma y Turín.
Y aunque no es precisamente anti-UE, sí quiere impulsar un referendo sobre si Italia debe seguir adhiriendo a la moneda común, el euro.
Beppe Grillo dijo que la elección para designar un nuevo gobierno tras la salida de Renzi debe darse "en un plazo de una semana" y 5 Estrellas se está alistando para gobernar Italia.
Otro de los beneficiarios del "No" es el también opositor Matteo Salvini, líder de la Liga Norte, quien ha catalogado el referendo como una "victoria del pueblo contra los fuertes poderes de las tres cuartas partes del mundo".
¿Cómo hará frente Italia a la crisis política interna?
La crisis que desata el resultado ha sido anticipada ya por analistas italianos.
En lo formal, Renzi deberá entregar su renuncia al presidente Sergio Mattarella después de su última reunión de gabinete.
El presidente puede pedirle que se quede en el cargo hasta que el Parlamento haya discutido la ley de presupuesto, lo que debería ocurrir antes de finales de diciembre.
Pese a la presión de los partidos de oposición, es poco probable que se celebren elecciones anticipadas. En cambio, el presidente puede designar un gobierno interino liderado por el mismo partido de Renzi, el Partido Democrático, que seguiría al frente hasta los comicios ya planificados, en la primavera boreal de 2018.
En ese contexto, el ministro de Finanzas Pier Carlo Padoan aparece como el favorito para reemplazar a Renzi como primer ministro, señala Julián Miglierini, periodista de la BBC en Roma.
"El hecho de que Padoan se quede en Roma hoy (en lugar de asistir a una reunión programada en Bruselas) es una indicación de un posible futuro como primer ministro. Pero los próximos pasos son decisión única y exclusiva del presidente Mattarella", indicó.
¿Cómo afectará a Europa?
El resultado es visto como un golpe a la Unión Europea, y así lo enmarcaron los impulsores del "No" durante la campaña.
Salvini había señalado que "el voto por el 'No' es también un voto por el 'No' a las reglas y regulaciones de la UE que han sido desastrosas para Italia".
"La angustia en Europa por tener a Italia como una compañera de cama incómoda habrá desvelado a los líderes el domingo a la noche, tras conocer el resultado, y hay mucho para preocuparse. Especialmente en Bruselas", señala desde Roma Katya Adler, editora de BBC en Europa.
"El primer ministro Renzi era el único ministro de izquierda en Europa con una visión para el futuro de la UE. Angela Merkel está demasiado ocupada en la gestión de crisis, mientras que gran parte de Francia está presionada por los euroescépticos del Frente Nacional", apunta Adler.
Sin embargo, no se anticipa que Italia vaya a seguir los pasos de Reino Unido y llegue a dar un portazo de salida del bloque continental.
Tanto 5 Estrellas como la Liga Norte se oponen a la eurozona - y al uso de una moneda común- pero no a la membresía de la UE en sí misma. Y los sondeos indican que 71% de los italianos no quiere abandonar la Unión.
Hasta ahora, los políticos de primera línea de Europa han reaccionado con lentitud o mesura.
El primero en hacerlo fue el presidente de Francia, François Hollande, quien declaró que espera que "Italia encuentre la fuerza para sobreponerse a esta situación", según reportó el diario Le Monde.
El Comisionado Económico de la UE, Pierre Moscovici, desestimó el impacto del referendo al considerarlo una cuestión doméstica italiana. Y así rechazó interpretarlo como un voto en contra de la unión continental.
"Es un país sólido con autoridades sólidas y tengo total confianza en que Italia podrá manejar esta situación", le dijo Moscovici a la televisión francesa.
El Gobernador del Banco de Francia, François Villeroy, quien ha trabajado en el diseño de políticas del Banco Central Europeo, también le restó importancia al asunto.
"El referendo en Italia puede ser considerado otra fuente de incertidumbre. Pero no se puede comparar con el referendo británico (del Brexit). Los italianos han sido convocados a votar por un asunto constitucional interno, y no por la pertenencia de larga data de Italia a la UE", expresó Villeroy.
Sin embargo, líderes de la derecha europea se apuraron a felicitar a los triunfadores.
Marine Le Pen, del ultraderechista Frente Nacional en Francia, tuitéo sus congratulaciones a la Liga Norte.
"Los italianos han desautorizado a la UE y a Renzi, debemos escuchar esta sed de libertad de las naciones", escribió la política francesa.
"Felicitaciones Italia", escribió por su parte Geert Wilders, fundador y líder del Partido por la Libertad, la ultraderecha de Holanda.
¿Qué pasará con la economía?
Los mercados no tardaron en reaccionar, aunque sin estridencias: las acciones y el euro cayeron en la apertura de las Bolsas en Asia, pero no hubo señales de pánico incluso después de que se confirmara la renuncia de Renzi para este mismo lunes.
El euro tocó la marca de US$1,050, su nivel más bajo respecto al dólar desde marzo de 2015.
Los mercados locales abrieron a la baja pero repuntaron enseguida y las curvas en nada replicaron los cimbronazos que siguieron al referendo del Brexit, en junio.
La agencia crediticia Standard and Poor's indicó que no ve un impacto inmediato del referendo en la calificación del país, que se mantiene en la categoría "BBB", con un pronóstico estable.
Pero el referendo puede tener implicancias de largo plazo.
Los temores por la inestabilidad financiera de la tercera economía de la eurozona han venido creciendo desde hace rato.
La economía italiana es hoy 12% más chica que cuando comenzó la crisis financiera de 2008. Los bancos están debilitados y la relación entre la deuda y el Producto Interno Bruto, de 133%, es segunda sólo detrás de Grecia.
¿Y que ocurrirá con los ya debilitados bancos italianos?
Hay ciertamente preocupación de que la inestabilidad hunda aún más al ya vulnerable sector de la banca italiana.
El riesgo, anticipan los expertos, es que la caída de uno de los bancos grandes pueda disparar una crisis más amplia. Y el rescate de las entidades crediticias se hace más difícil en un marco de incertidumbre política como el que el referendo deja detrás.
Neil Wilson, de la consultora ETX Capital, le dijo a la BBC que los bancos italianos están "cayendo en el orden del 4-5%" en la Bolsa, bajo la presión que generó el resultado. La Banca Monte dei Paschi di Siena - el más antiguo del mundo y el tercero más grande de Italia-, la Banca Popolare Milano y Unicredit están entre los afectados.
El primero es tal vez el más amenazado, que ya ha recibido instrucciones del Banco Central Europeo de reducir la tenencia de deuda incobrable.
El Monte dei Paschi está tratando de conseguir una inyección de capital en el orden de los US$5.300 millones y el consorcio que está detrás de un posible plan de rescate se reunirá este martes para estudiar alternativas.
El experto en economía del periódico La Repubblica, Ferdinando Giuligano, le dijo a la BBC que el triunfo del "No" podría ser una señal de alarma para los inversores de que hay demasiada inestabilidad política por delante como para inyectar tamaña suma.
"Lo sabremos en las próximas horas. La administración del banco y el gobierno quizás deban pensar en una solución alternativa", opina Giuligano.
Si deciden que el plan es muy riesgoso ante el vacío de poder que genera la salida de Renzi, el gobierno podría quedarse sin otra alternativa que la nacionalización.
Con la renuncia del premier, y los partidos populistas en auge, la cuestión es si Italia puede mantener cerrada la tapa de la olla a presión en que se han convertido su política y su economía.