Récord de participación en la Gay Pride de Jerusalén
AFP.
La Gay Pride de Jerusalén reunió el jueves a unas 25.000 personas, que desfilaron rodeadas de un impresionante dispositivo de seguridad para evitar agresiones, un año después de que una adolescente fuera asesinada por un judío ultraortodoxo durante la marcha.
Los medios israelíes coincidieron en destacar una participación récord en este encuentro destinado a promover la tolerancia, después de la fuerte polémica suscitada por las declaraciones homófobas de ciertos rabinos en las últimas semanas.
La policía, que había movilizado a más de 2.000 agentes, aseguró haber desbaratado un proyecto de ataque contra los participantes en el desfile. La agresión habría sido proyectada precisamente por el hermano de Yishai Shlissel, el ultraortodoxo que el año pasado mató a una chica de 16 años e hirió a otros cinco participantes.
Michael Shlissel fue detenido y su arresto será prolongado hasta el viernes.
El asesinato de Shira Banki levantó fuertes críticas sobre la ineficacia del dispositivo policial, que había puesto en libertad a Shlissel sólo algunas semanas antes tras haber purgado una pena de prisión por haber herido a otras tres personas en la Gay Pride de 2005.
Para evitar un nuevo drama este año, la policía decidió adoptar medidas drásticas para garantizar la seguridad de los miles de participantes esperados en el desfile y todas las calles que dan acceso al recorrido fueron acordonadas horas antes de su inicio.
Durante el desfile, 30 "sospechosos" que tenían por objetivo "perturbar el desarrollo" de la marcha fueron detenidos y la policía descubrió que varios de ellos tenían cuchillos.
Pese a los temores de agresión, la marcha transcurrió sin percances en medio de una marea de banderas arco iris e israelíes, constató la AFP.
'Principio de igualdad'
El ministro de Seguridad Interior, Gilad Erdan, presente en el desfile, señaló a la AFP que se trataba de una "marcha de la tolerancia" para expresar "solidaridad". El líder de la oposición laborista Isaac Herzog también estaba presente.
"El principio de igualdad es la razón por la que Shira Banki desfiló el año pasado y es por lo que miles de vosotros marcháis casa día", declaró el primer ministro Benjamin Netanyahu en un vídeo difundido en las redes sociales.
"Ella murió asesinada por un extremista lleno de odio. Lamentablemente, ciertos miembros de nuestra sociedad siguen sin estar preparados para aceptar a la comunidad LGBT", lamentó.
En Jerusalén, ciudad santa para judío, árabes y cristianos, la comunidad homosexual tiene mayores dificultades para ser aceptada que en Tel Aviv, una ciudad más tolerante, donde la Gay Pride es mucho más festiva.
Algunos judíos ultraortodoxos reconocibles por su kipá negra participaron en la marcha. Uno de ellos, que prefirió no dar su nombre, explicó que acudía para probar que "Shlissel no representa el judaísmo ultraortodoxo, para el cual el amor al prójimo constituye el deber fundamental".
Una mujer religiosa de 27 años, Ariela Matar, explicaba su presencia como denuncia de "las declaraciones odiosas proferidas por ciertos rabinos" que han contribuido a aumentar la tensión con sus propósitos homófobos.