AFP
Shimon Peres -quien murió este miércoles a los 93 años-, fue uno de los padres fundadores de Israel, ganador del premio Nobel de la Paz, un veterano de la política internacional, ferviente partidario de la paz y defensor hasta el último minuto del diálogo con los palestinos.
Peres dejó la presidencia en 2014 y desde entonces fue un referente en Israel. Nunca abandonó la escena internacional, aunque los últimos meses se vio obligado a reducir sus viajes.
Particularmente apreciado en el extranjero, los ex presidentes Bill Clinton y Mijail Gorbachov estuvieron presentes en la gigantesca fiesta por sus 80 años. El cineasta Woody Allen le mandó entonces un saludo "de un judío malo a uno bueno".
Presente en la escena política desde la creación del Estado de Israel en 1948, Shimon Peres mostró una resiliencia a toda prueba.
Forjado por las derrotas, se impuso una dura disciplina y confió un día que el secreto de su longevidad era el ejercicio diario, una dieta muy frugal y un vaso o dos de un buen vino.
"Todo el mundo come tres veces por día. Si comes tres veces te llenas de grasa. Pero si uno lee tres veces por día, uno se convierte en un sabio, es mejor ser sabio que graso", aconsejaba el líder en una entrevista concedida a la AFP en 2012, precisando que solo dormía 4 ó 5 horas.
Desde que dejó la presidencia, ya siendo nonagenario, conservó su vivacidad y siguió viajando por el mundo, como un orador requerido en muchos foros mundiales.
El halcón convertido en paloma
Desde que en 2007 se convirtió en el noveno jefe del Estado de Israel, Peres utilizó esta función para promover la paz, al punto en que se convirtió casi en el único opositor al primer ministro de derecha Benjamin Netanyahu.
Pero esta figura histórica del Partido Laborista, movimiento que estuvo en los orígenes de la fundación de Israel, no siempre fue un hombre de paz.
Nacido en Vishneva (Polonia) en 1923, llegó 11 años más tarde a Palestina. Formó parte de la generación de dirigentes que participaron activamente en la creación del Estado de Israel.
Peres era considerado como uno de los halcones de los laboristas. Cuando fue ministro de Defensa, en la década de 1970, apoyó la creación de las primeras colonias judías en Cisjordania ocupada.
Era primer ministro cuando la aviación israelí bombardeó la localidad libanesa de Caná, un ataque en el que murieron 106 civiles en 1996, que le valió una travesía por el desierto.
El eterno perdedor
Sin embargo, Peres logró ser reconocido como una paloma de la paz, al impulsar los acuerdos de Oslo, sellados en 1993 con la Organización para la Liberación de Palestina (OLP).
El primer ministro de la época, Isaac Rabin, su gran rival en el seno del laborismo, todavía era muy escéptico con respecto a la vía diplomática para llegar a la paz, en la actualidad muy degradada, un plan que proyectaba la creación de un Estado palestino, que pondría fin a decenas de años de conflicto.
Su rol activo en las conversaciones le valió en 1994 el premio Nobel de la Paz, que compartió con Rabin y Yasser Arafat.
Peres rechazaba todo compromiso con los países árabes hostiles pero dijo haber cambiado luego de 1977 y la histórica visita a Jerusalén del presidente egipcio Anuar el Sadat, coronada con el primer tratado de paz arabo-israelí.
Entró en política a los 25 años gracias al "viejo león" de la política israelí, David Ben Gurion, a quien conoció cuando hacía autostop.
Su carrera es una muestra de una tenacidad a toda prueba, que lo hizo reponerse de todos los reveses y acumular quizás el récord del político con más derrotas. Vencido en las legislativas de 1977, 1981, 1984, 1988 y 1996, cultivó la imagen del "eterno perdedor" que se levantó después de cada fracaso.
Pasó por casi todas las carteras del gobierno: dos veces jefe de gobierno, ministro de Relaciones Exteriores, de Defensa, de Información, de Transportes y de Integración.
Israel le debe a Peres su robusta industria armamentística y aeronaútica. Impulsor de la cooperación militar con Francia en los años 1950 es también considerado como el "padre" del programa nuclear israelí.
"Shimon Peres fue un presidente importante gracias al estatuto especial que tenía en las capitales del mundo entero y a la dignidad que supo devolver a Israel tras el escándalo de Moshé Katsav", su predecesor condenado y encarcelado por violación, recuerda con nostalgia el columnista Nahum Barnea