¿Qué ocurrirá con Julian Assange?
De una "victoria importante" habló Julian Assange tras el anuncio de que la Fiscalía sueca decidió poner fin a la investigación contra el fundador de Wikileaks por supuesta violación. Un triunfo que, sin embargo, el afectado no puede festejar en forma. En primer lugar porque, como él mismo señaló en Twitter, la pugna judicial le ha costado siete años de su vida. Y, en segundo, porque su futuro sigue siendo incierto.
Libertad esquiva
La decisión sueca implica que ya no existe una orden de arresto europea. Pero no que Julian Assange haya recuperado de facto su libertad y pueda abandonar la embajada ecuatoriana en Londres, donde buscó refugio el 19 de junio de 2012, después de que la Corte Suprema británica desestimara su apelación contra la extradición a Suecia. Allí lo esperaba un juicio por cargos de violaciónque el fundador de Wikileaks siempre consideró una maquinación política, con la finalidad última de extraditarlo a Estados Unidos. Solo le quedaba la alternativa de acudir el Tribunal Europeo de Derechos Humanos o pedir asilo político.
El ministro ecuatoriano de Relaciones Exteriores, Guillaume Long, declaró que "el Reino Unido debe ahora garantizar tránsito seguro" a Assange. Pero la policía británica se apresuró a declarar que sería detenido en el momento en que abandonase la embajada, porque había otra orden de arresto pendiente por un delito menor: el whistleblower no cumplió las condiciones de la libertad bajo fianza, régimen al que estaba sometido antes de asilarse en la embajada de Ecuador.
Posibles escenarios
La violación de la libertad condicional es, en efecto, un delito menor, cuya pena máxima asciende en Gran Bretaña a un año de cárcel. Assange podría optar por enfrentar dicho cargo ante la Justicia británica, con la perspectiva de recuperar en un plazo relativamente previsible su libertad.
Pero la espada de Damocles sigue pendiendo sobre su cabeza. Sobre todo, porque la Fiscalía sueca no se pronunció sobre su culpabilidad o inocencia y solo cerró la investigación por no ver posibilidades de avanzar en el caso. La causa podría reabrirse si Assange decidiera viajar a Suecia antes de que el presunto delito investigado prescriba, en agosto de 2020. O si aumentaran las perspectivas de que su extradición se volviera factible por encontrarse Assange bajo custodia británica, según apuntó en Twitter David Allen Green, abogado y columnista del periódico Financial Times. En tal caso, la Justicia sueca podría cambiar de opinión.
El largo brazo estadounidense
Además, ronda aún el fantasma de un posible pedido de extradición de Estados Unidos, por la filtración de información clasificada. El gobierno de Londres declinó este viernes confirmar o desmentir que se le haya hecho llegar una solicitud de esta naturaleza.
Un mes atrás, la prensa estadounidense reportó, sin embargo, que las autoridades consideraban tomar medidas legales contra Assange. Según CNN, ya se había preparado una acusación; según el Washington Post, el Ministerio de Justicia evaluaba esa opción. El titular de esa cartera, Jeff Sessions, confirmó de todos modos que el Gobierno ha intensificado sus esfuerzos contra las filtraciones. Sin mencionar directamente a Assange, indicó que cada vez que sea posible, se intentará llevar a la cárcel a los responsables, y afirmó que esa es una prioridad. Fiarse de las presuntas simpatías que le habrían granjeado en el entorno de Trump las revelaciones de Wikileaks sobre Hillary Clinton no parece pues muy aconsejable para el whistleblower.
Así las cosas, David Allen Green consideró en Twitter que, "una vez fuera de la embajada, Assange correría más riesgo de una extradición a Estados Unidos que si se hubiera ido a Suecia".