El ejercicio de asistir a las urnas este histórico domingo 2 de octubre en Colombia y que finalmente haya triunfado el “no”, tendrá una repercusión importante para el país latinoamericano.
Fueron 35 millones los convocados para responder "sí" o "no" a la pregunta: "¿Apoya usted el acuerdo final para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera?" para un acuerdo que fue el resultado de casi cuatro años de negociaciones entre el gobierno y las FARC en La Habana, Cuba, y que estableció una serie de beneficios, compromisos y obligaciones para los actores involucrados en el conflicto armado de más de 52 años que ha dejado más de 220.000 muertos, decenas de miles de desaparecidos y casi siete millones de desplazados.
Los partidarios del "no", cuya figura más visible es el senador y expresidente Álvaro Uribe, insistieron en que su intención es ganar el plebiscito para forzar una renegociación de lo pactado, modificando aquellos elementos que no los convencen, según relata BBC Mundo.
Esto último, tomando en cuenta que la renegociación es algo que está contemplado en la sentencia de la Corte Constitucional.
Dentro de lo que no les convencía a los opositores, están las sentencias para los culpables de crímenes de guerra y de lesa humanidad -tanto de las FARC como de las fuerzas del Estado- ya que no necesariamente irán a la cárcel.
Según lo que se había establecido, aquellos que cuenten la verdad de lo que hicieron de inmediato y se comprometan a reparar a sus víctimas pagarán sus penas con una especie de trabajo comunitario en las zonas en que cometieron sus crímenes. Aunque quienes sí reconozcan sus actos tardíamente, o no lo hagan, sí irán a la cárcel, por entre cinco y 20 años.
Sin embargo, el gobierno dijo en su momento que de producirse una victoria del "no" los acuerdos quedarían descartados y se activaría un protocolo para que las FARC vuelvan a sus campamentos.
Además, el presidente Juan Manuel Santos le dijo al medio BBC Mundo que no contemplaba la posibilidad de que ganara el no y aseguró en más de una ocasión que no tiene un plan B.
Lo mismo con alias Carlos Antonio Lozada, jefe guerrillero y miembro del secretariado de las Farc, quien según cita El Tiempo, ha dicho que no es posible reabrir la negociación.“No existe la más mínima posibilidad de que lo acordado en La Habana sea renegociado; lo acordado, acordado está y no existe esa posibilidad”, dijo durante la Décima Conferencia realizada en los Llanos del Yarí.
Las Farc ya tomaron la decisión de no volver a la guerra. (…) pero una victoria del 'No' generaría una incertidumbre porque cualquier cosa podría pasar, incluso que la guerrilla vuelva a la guerra aunque ya haya dicho lo contrario”, explicó en su momento Lozano.
En la misma línea, opina la experta, Patricia Muñoz, profesora de ciencias políticas de la Universidad Javeriana, también para el medio El Tiempo, en dondeopina que la decisión de volver o no a la confrontación dependería más de las Farc que del Gobierno:
“En la práctica queda en las manos de las Farc decidir que hacen si gana el 'No', ¿volverán a la clandestinidad? No hay claridad frente al camino a seguir”, comenta la experta.
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