La pérfida estrategia el terrorismo es que la gente se sienta insegura en todas partes, aclara a DW Borwin Bandelow, especialista en el fenómeno del miedo. Al final, la sociedad podría llegar a insensibilizarse.
DW: París, Estambul, Ankara y ahora Bruselas. Hay mucho peligro de terrorismo, o por lo menos así se siente. ¿Cómo reacciona la gente ante tales atentados?
Borwin Bandelow: La gente se siente insegura y ya no sabe si se puede ir a la estación de Múnich o si se puede volar desde Berlín sin ser víctima de un atentado. Cosas así generan mucha inseguridad, sobre todo porque se vienen repitiendo desde hace meses.
Tales atentados ocurren casi siempre en grandes ciudades. ¿Se siente más miedo allí al estar prácticamente encerrado en caso de atentado?
Cuando alguien está en un sitio en concreto, como el aeropuerto de Múnich, puede pensar que ese podría ser el próximo objetivo de un atentado. En realidad, se debería decir que la posibilidad de morir en Alemania en un atentado terrorista es muy escasa en comparación con otros peligros que enfrentamos diariamente.
Por ejemplo, todos los años mueren 3.000 personas como consecuencia de accidentes de tráfico y eso no le preocupa a nadie demasiado a la hora de sentarse en el coche ni nadie piensa que podría ser la próxima víctima. Sin embargo, las personas que están en determinados puntos neurálgicos tienen miedo. También la gente que allí trabaja y que tiene que acudir a diario.
¿Es racional tener miedo en estos momentos?
La gente se siente más insegura frente a un peligro que no puede ser controlado y es nuevo que frente a peligros conocidos. La probabilidad estadística de morir en un atentado terrorista está muy sobrevalorada en comparación con los demás peligros que nos amenazan.
¿Consiguen los terroristas su objetivo si la gente cambia su forma de vivir por miedo al terrorismo?
La pérfida estrategia de los terroristas es crear inseguridad en cualquier parte. Están dedicados básicamente a esa inseguridad. Hay que pensar que los terroristas también son personas, frecuentemente con problemas psíquicos. Pero también con mucha fantasía como para hacer temblar a Occidente desde sus cimientos. Piensan hasta que consiguen hacer algo que tenga efecto de masas. Su objetivo es conseguir esos efectos extremos con relativamente poco esfuerzo. No tener miedo ante los atentados es nuestra mejor arma en la lucha contra el terrorismo. Es decir, hay que evitar cambiar nuestras vidas. Así se podrá combatir mejor el terrorismo que escondiéndonos en nuestro cascarón.
Pero si se tiene miedo… ¿qué se debe hacer?
No hay trucos para entrenarse ante esos miedos. Se puede argumentar que las probabilidades de terminar siendo víctima de un atentado son realmente escasas, pero sería un vago consuelo si escuchamos a las víctimas de Bélgica. No hay una receta para protegerse de ese miedo, pero sí hay que ser consciente de que la vida siempre entraña ciertos riesgos.
¿Hay más miedo que antes ante el terrorismo?
Siempre hay oleadas. En septiembre de 2001 había mucho miedo de atentados terroristas. Ahora estamos viviendo una larga serie de atentados que parece que no termina y que continuarán. El efecto de “tranquilidad” suele aparecer normalmente a las cuatro semanas, pero ahora esa fase está siendo interrumpida continuamente con nuevos atentados.
Al final, todo llevará a que la gente se recupere más rápido que hasta ahora en su día a día. Algo así como los que viven en Bagdad, que tienen que vivir con el hecho que cada varios días explote una bomba. Se acostumbran y siguen caminando a comprar al mercado. También llegará un momento en el que Alemania se insensibilizará ante los atentados. Pero por ahora, parece que todos se sienten inseguros.
El profesor Borwin Bandelow es experto en trastornos ocasionados por el miedo y presidente de la Asociación para la Investigación del Miedo. También es subdirector de la clínica de Psiquiatría y Psicoterapia de la Universidad de Gotinga.