AFP
La frágil tregua en los combates en Siria fue prolongada 48 horas por rusos y estadounidenses, pero la prometida y tan esperada ayuda humanitaria seguía este jueves sin llegar pese a los llamamientos de la ONU.
Staffan de Mistura, enviado especial de la ONU para Siria, exhortó al régimen sirio a autorizar "inmediatamente" la entrada de la ayuda.
"Necesitamos el permiso final" del gobierno de Damasco para distribuirla, agregó De Mistura en Ginebra.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, ya había instado el miércoles a Washington y Moscú a que contribuyeran a desbloquear la entrega de ayuda humanitaria a las localidades asediadas de Siria.
Según él, 20 camiones de ayuda destinada a Alepo (norte), estaban todavía en la frontera entre Turquía y Siria, por razones de seguridad.
Por lo demás, en el terreno la situación era globalmente tranquila el jueves por la mañana, lo que confirma la clara reducción de los enfrentamientos desde la entrada en vigor del cese de hostilidades el lunes por la noche.
Pero en la parte rebelde de Alepo (norte), la principal ciudad afectada por el acuerdo, crece la impaciencia entre sus 250.000 habitantes asediados desde hace dos meses, y que carecen de todo.
"¿De qué sirve prolongar la tregua si seguimos asediados?" se preguntó Abu Ibrahim, habitante del sector que no ha recibido ayuda internacional desde el 7 de julio. "Antes moríamos bajo los bombardeos, ahora morimos de hambre" se lamentó este hombre de 53 años.
Tras el final de una primera fase de 48 horas de tregua, que expiró el miércoles a las 19:00 locales , el secretario de Estado norteamericano John Kerry y su homólogo ruso Serguei Lavrov Tras el final de una primera fase de 48 horas de tregua, EEUU y Rusia acordaron su prolongación por 48 horas más, tal como prevé el acuerdo que negociaron.
Desde la entrada en vigor del cese de hostilidades, los combates prácticamente cesaron entre el régimen y los rebeldes en todos los frentes de batalla, con excepción de algunos disparos esporádicos, según el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH) y la ONU.
Según el OSDH "no hay que lamentar ningún muerto" desde el lunes en las zonas afectadas por el acuerdo, es decir aquellas donde no combaten los grupos yihadistas.
'Queremos verduras y carburante'
Pero ahora la tregua debe permitir que la ayuda humanitaria -otro punto clave del acuerdo- llegue a cientos de miles de civiles asediados en una veintena de ciudades y localidades, la gran mayoría, por las fuerzas del régimen.
En Alepo estos suministros deben transitar por la carretera del Castello, un eje del norte de la ciudad que tiene que ser "desmilitarizado" antes de que pasen los convoyes.
"No queremos solamente que paren las bombas. Queremos verduras y carburante" declaró a la AFP Mustafa Morjan, habitante de 30 años del barrio rebeldes de Alepo. "¿Cómo cocinar para nuestros niños si no tenemos carburante?" se pregunta.
Esta tregua llegó tras semanas de discusiones entre Washington y Moscú, que apoyan respectivamente a la rebelión y al régimen.
El objetivo es favorecer la reanudación de las negociaciones entre el régimen y los rebeldes para poner fin al conflicto que desde marzo de 2011, ha dejado más de 300.000 muertos, entre ellos más de 87.000 civiles, además de millones de desplazados, según el OSDH.
La rebelión, muy debilitada militarmente, no ha dado su acuerdo formal a la tregua.
Al igual que en la anterior tregua de finales de febrero, que duró solamente unas semanas, los grupos yihadistas Estado Islámico y Frente Fateh al Sham (ex Frente Al Nusra, brazo sirio de Al Qaida), que controlan amplios sectores del país, están excluidos del alto el fuego.
Si se respeta durante una semana, este cese de hostilidades podría desembocar en una inédita colaboración entre Moscú y Washington, que deben lanzar entonces, en fecha aún indeterminada, ataques conjuntos contras los dos grupos yihadistas.