El príncipe Guillermo de Gran Bretaña completó el jueves su último turno como piloto de ambulancia aérea para concentrarse a tiempo completo en sus deberes reales.
Guillermo, de 35 años y segundo en la línea de sucesión al trono después de su padre, el príncipe Carlos, anunció en enero que dejaría su trabajo como piloto en East Anglia Air Ambulance (EAAA) para asumir más de los cargos oficiales dejados por su abuela, la reina Isabel, que desde hace unos meses redujo su carga laboral.
La página de la familia real (www.royal.uk) dijo que el duque de Cambridge realizó un turno nocturno en el aeropuerto de esa ciudad del centro de Inglaterra, donde ha estado basado desde que se unió a East Anglia Air Ambulance en 2015, y que luego se fotografió con sus colegas.
"Guillermo ha sido una parte integral en el equipo de EAAA en los últimos dos años. Es un piloto fantástico, y un miembro de la tripulación muy querido y valorado. Se le echará de menos", dijo el servicio de ambulancia aérea en Twitter y su sitio web.
"Al colgar mi traje de piloto, estoy orgulloso de haber servido con tan increíble equipo de personas que salvan vidas en la región todos los días", escribió el príncipe en una carta publicada tras el fin de su servicio.
Guillermo sirvió en las fuerzas armadas de Reino Unido entre 2006 y 2013 y en el último tiempo trabajó como piloto de helicóptero en tareas de búsqueda y rescate.
Además de dejar su trabajo como piloto de ambulancia, Guillermo se mudará junto a su esposa Catalina y sus hijos Jorge y Carlota desde Anmer Hall, su mansión campestre en la finca Sandringham de la reina en el este de Inglaterra, al Palacio de Kensington, su residencia oficial en Londres.