AFP.
El presidente ruso Vladimir Putin celebra el jueves la tradicional rueda de prensa de fin de año, primera aparición pública desde el anuncio de su candidatura a un cuarto mandato a las presidenciales del próximo mes de marzo.
Más de 1.640 periodistas fueron acreditados para la rueda de prensa que comienza a las 5 de la madrugada en hora local.
Vladimir Putin es fiel a esta cita, que se extiende durante varias horas en las que comenta cuestiones de política exterior, pero también habla del estado de las carreteras o de su vida privada.
Putin se preparó durante todo el día del miércoles para responder a las preguntas de los periodistas, indicó el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov,
Este año, la atención debería concentrarse en sus intenciones para su próximo mandato que, salvo una enorme sorpresa, debería conquistar, prolongando su permanencia en poder hasta 2024, un cuarto de siglo después de haber sido designado delfín de Boris Yeltsin.
"Este será el inicio de la campaña electoral: ésta no tendrá lugar sin comentarios sobre el trabajo realizado, ni sin promesas electorales", resumió el politólogo ruso Konstantin Kalatchev.
Aunque no había dudas sobre su candidatura, el presidente simuló mantener el suspenso hasta el 6 de diciembre en cuanto a sus intenciones para las elecciones programadas para el 18 de marzo, cuatro años después de la anexión de Crimea.
La última encuesta del centro independiente Levada, publicada el miércoles, le sitúa ya en cabeza con el 75% de las intenciones de voto, muy por delante de sus rivales liderados por los inamovibles comunista Guennadi Ziuganov y nacionalista Vladimir Jirinovski, que evitan criticar abiertamente al Kremlin.
El que se impuso como el opositor número uno, el liberal Alexei Navalny, no debería poder presentarse debido a sus condenas judiciales, que él denuncia como juicios políticos.
¿Efecto sirio?
El bando liberal estará representado sobre todo por la estrella de la televisión Ksenia Sobtchak, a la que solo se le atribuye un 1% de los votos. Aprovechando su estatuto de periodista en la cadena de la oposición Dojd, pudo acreditarse para la conferencia del jueves.
El principal desafío de Vladimir Putin será sobre todo el de convencer a los rusos de ir a votar durante estas elecciones, en las que ya parece que está todo dicho: solo el 28% de los electores dicen estar "seguros" de ir a votar en marzo, según Levada.
Desde su declaración de candidatura, el presidente ruso proyectó una imagen de un jefe de guerra, un símbolo de un mandato marcado por el regreso de Rusia a la escena internacional, desde la crisis en Ucrania hasta el conflicto en Siria, pero también por un clima de Guerra Fría con los occidentales.
El lunes, anunció desde una base rusa en Siria la retirada parcial del ejército ruso del país asolado por la guerra, tras dos años de intervención que permitieron al régimen de Bashar al Asad recuperar el control.
"Putin va a intentar mostrar que la situación se ha normalizado, que nuestro ejército es poderoso y que de nuevo, él ha ganado", señala Kalatchev.
Vladimir Putin sabe que la operación en Siria, sobre todo en comparación al desastre de la guerra soviética en Afganistán (1979-1989), "es muy eficaz para su imagen", insiste el analista político Evgueni Mintchenko.
"Optimismo social"
Después de los temas internacionales, la conferencia de prensa debería reorientarse sobre la política interior. Rusia sale de dos años de recesión económica causada por la caída de los precios del petróleo y las sanciones occidentales, y marcada por una violenta disminución del poder adquisitivo de los rusos, pese a las promesas sociales de 2012.
Putin debería evocar sin duda la vuelta del país a la senda del crecimiento en 2017. Pero la recuperación ya está perdiendo fuerza y, a largo plazo, una nueva degradación de la situación demográfica puede empeorar la tendencia, de ahí las grandes expectativas sobre estos temas.
El presidente "intentará demostrar que el Estado escucha a las jóvenes familias y a las familias con hijos", asegura Kalatchev. "De manera general, todas las conferencias de prensa de Putin son una ocasión para promover el optimismo social".
Otro motivo para alentar el optimismo: la llegada del Mundial 2018 de fútbol en Rusia en junio y julio. Pero la fiesta se ha visto empañada por la humillante suspensión por dopaje de Rusia para los Juegos Olímpicos de invierno de 2018, donde sus atletas solo podrán competir bajo bandera neutra.