Japón deberá reforzar la seguridad ante las visitas de autoridades del Grupo de los Siete (G7), declaró el domingo el primer ministro Fumio Kishida, un día después de que se le lanzara un aparato explosivo durante un mitin.
Kishida salió ileso del atentado con una aparente bomba casera que fue lanzada en su contra cuando hacía campaña el sábado en la ciudad occidental de Wakayama.
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Un hombre de 24 años fue arrestado, pero no ha revelado nada sobre los motivos del ataque, ocurrido en momentos que Japón es sede de reuniones ministeriales del G7.
"En momentos en que altos cargos de todo el mundo nos visitan (...) Japón como un todo debe maximizar sus esfuerzos por garantizar la seguridad", declaró Kishida el domingo a periodistas.
"Es imperdonable que una acción tan violenta fuera cometida durante una campaña electoral", agregó.
Dijo esperar que la policía aumente las medidas de seguridad tras el incidente, ocurrido menos de un año después del asesinato del exprimer ministro Shinzo Abe a manos de un atacante armado en la ciudad occidental de Nara.
Kishida se aprestaba a pronunciar un discurso en un puerto pesquero de Wakayama cuando ocurrió el incidente del sábado.
Agentes de seguridad y civiles en el lugar detuvieron rápidamente a un hombre, a quien la prensa local identificó como Ryuji Kimura, de 24 años.
Medios locales indicaron que Kimura se ha negado a hablar con los investigadores del caso.
Kishida reanudó su actividad proselitista después del incidente y sostuvo que las elecciones para la cámara baja legislativa del 23 de abril no se verán afectadas.
En el momento del ataque, los ministros responsables de clima y energía del G7 se encontraban reunidos en la ciudad norteña de Sapporo, y los responsables de Relaciones Exteriores se encontraban en la localidad de Karuizawa, al oeste de Tokio.
Japón será sede de la cumbre del G7 en mayo en Hiroshima.