AFP
La escena parecía inimaginable hace apenas dos días, pero el presidente Barack Obama recibirá este jueves en la Casa Blanca a Donald Trump como nuevo presidente electo de la primera potencia mundial.
La reunión entre ambos en el Salón Oval está prevista para las 13:00 hora Chile, según anunció la Casa Blanca. Posteriormente planean dirigirse brevemente a la prensa.
Michelle Obama recibirá por su parte a la próxima primera dama, Melania Trump, en la residencia de la Casa Blanca.
"Lo invité a venir a la Casa Blanca para hablar de como asegurar una transición exitosa", explicó Obama el miércoles, sobre su reunión con el magnate populista que la víspera ganó la elección presidencial, dando una enorme sorpresa a Estados Unidos y al mundo.
"Deseamos todos que tenga éxito para unir y dirigir a los estadounidenses", agregó, sin ocultar que tiene con él "divergencias significativas".
Al margen de las diferencias entre ambos, el presidente saliente había hecho campaña sin descanso en favor de su ex secretaria de Estado, Hillary Clinton, en los últimos días, advirtiendo sobre los riesgos para la democracia que implicaba elegir a la también celebridad de la telerrealidad.
Un grito desde el alma
"¡No podemos permitirnos elegir a ese tipo! ¡No es posible! ¡No es posible!", había declarado Obama, visiblemente emocionado en Las Vegas, días antes de la elección.
La sorpresiva elección de Trump, alimentada por la cólera de gran parte del electorado que se siente ignorado por las elites políticas de Washington y amenazado por la globalización, quebró los sueños de la candidata demócrata de convertirse en la primera mujer presidente del país.
Todas las encuestas la daban vencedora, pero su derrota amenaza ahora al legado de Obama, extremadamente popular, pues Clinton planeaba gobernar manteniendo la continuidad.
Trump ha prometido denunciar la mayor parte de las reformas o avances emblemáticos del 44º presidente de Estados Unidos: la reforma del seguro de salud (Obamacare), la lucha contra el cambio climático (Trump ha prometido "anular" el acuerdo de París alcanzado a fines de 2015), el acuerdo de libre comercio de Asia-Pacífico...
La enemista entre ambos hombres tiene raíces más personales que la sola pertenencia política o su visión del mundo: durante años, Trump alimentó una controversia sobre el lugar de nacimiento de Obama, antes de dar un vuelco en su postura durante la campaña, sin explicación.
Trump no ha ocupado anteriormente un cargo electivo, así que tendrá que trabajar el doble de duro antes de instalarse en la Casa Blanca, el 20 de enero.
Además, se convertirá en el comandante en jefe de las fuerzas armadas más poderosas del mundo.
Él permaneció el miércoles encerrado en la Torre Trump en Manhattan, donde tiene su residencia y sus oficinas. El vicepresidente electo Mike Pence y varios miembros de su equipo de campaña se reunieron con él para comenzar a preparar su gobierno, a afinar sus primeros días.
El multimillonario de 70 años será el presidente más viejo que ha llegado alguna vez a la Casa Blanca.
Hillary Clinton llamó el miércoles a los demócratas a aceptar los resultados "dolorosos" de la elección y deseo éxito a su adversario.
"Espero que lo logre en tanto que presidente de todos los estadounidenses", dijo Clinton, visiblemente emocionada, durante su primera aparición pública tras el anuncio de su derrota.
"Esto es doloroso y lo será por mucho tiempo", admitió.
Un pequeño consuelo para Clinton: si bien perdió la elección, cuyo resultado se descompone estado por estado, a nivel nacional ella obtuvo unos 200.000 votos más que su adversario, según los últimos resultados divulgados el miércoles en la noche, que no eran todavía completos.
Trump tendrá para gobernar el apoyo de ambas cámaras del Congreso, pues el Senado y la Cámara de Representantes conservaron el martes la mayoría republicana.
En su discurso de proclamación del triunfo, el martes en la noche, él se comprometió "a ser el presidente de todos los estadounidenses".
"Ha llegado el momento de que Estados Unidos cierre las heridas de la división", exhortó.
Su elección fue recibida con inquietud y también con frialdad en el mundo, pero la extrema derecha se congratuló -con la francesa Marine Le Pen a la cabeza- del advenimiento de una nueva era.
En Estados Unidos, grupos de algunos centenares de activistas anti-Trump se manifestaron el miércoles en Chicago, Washington, Seattle y Phoenix y otras ciudades.