Con 214 votos en contra, 126 a favor y 59 abstenciones, el Parlamento sudafricano rechazó este jueves una moción de censura promovida por la oposición contra el , quien ha sido acusado repetidas veces de incurrir en abuso de poder y prácticas nepotistas. El partido de Gobierno, Congreso Nacional Africano (CNA) –cuyos miembros ocupan la mayoría de los escaños en la cámara legislativa–, ya había evitado la destitución de Zuma en mociones de censura anteriores.
La formación opositora Alianza Democrática (AD) señalaba a Zuma de enriquecerse a expensas de la población y recordaba que, desde que llegó a la presidencia en 2009, más de dos millones de personas habían perdido su trabajo. Un informe de la Defensora del Pueblo publicado la semana pasada implica a Zuma y a algunos de sus ministros en numerosos escándalos de trato preferencial a una familia de empresarios de origen indio, los Gupta, con los que tiene negocios uno de los hijos del presidente Zuma.
"Han decidido mantener en el cargo a un presidente cuya corrupción está privando a nuestro país de su potencial y de un futuro brillante”, dijo Mmusi Maimane, líder de la AD, dirigiéndose a los diputados del CNA. Durante la sesión parlamentaria, Maimane trajo de nuevo a colación las denuncias hechas por algunos legisladores del propio CNA contra la gestión de Zuma para pedirles que rompieran la disciplina de partido y votaran para destituir al presidente, también líder de la formación gobernante.
El CNA ha acusado a la AD de intentar subvertir la voluntad de los electores con la presentación "indiscriminada” de mociones de censura contra Zuma. El presidente sudafricano ha sobrevivido desde su llegada al poder a numerosas mociones de censura, la penúltima de ellas en abril de este año. El CNA tiene previsto elegir a un sucesor para Zuma en diciembre de 2017. Tradicionalmente, el líder del partido ha sido también su candidato para las elecciones generales.
El segundo y –por imperativo constitucional– último mandato de Zuma como presidente de Sudáfrica finaliza en 2019, aunque varios altos cargos del partido han pedido su renuncia debido a la mala situación de la economía nacional y los casos de corrupción en los que se le ha implicado. Zuma, de 74 años, tiene pendientes ante la Justicia 783 cargos por corrupción y este año tuvo que devolver por orden del Tribunal Constitucional medio millón de euros de dinero público que invirtió en la reforma de su residencia privada.