El presidente portugués Marcelo Rebelo de Sousa pidió perdón este jueves a las víctimas de pedofilia en la Iglesia católica, por haber afirmado el martes que el número de víctimas no le parecía "particularmente importante".
"Nunca fue mi intención ofender a las víctimas, pero si algunas se sintieron ofendidas, les pido perdón porque no era mi objetivo", declaró a la prensa el jefe de estado de 73 años, conservador y católico devoto.
El martes, una comisión independiente encargada de investigar la pederastia en la Iglesia presentó un balance provisional de los testimonios recopilados y validados de 424 víctimas.
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La primera reacción del presidente provocó un gran revuelo, lo que llevó a Rebelo de Sousa a explicar que no había querido menospreciar el número de testimonios, sino más bien expresar "el temor de que numerosas víctimas, por miedo, no hayan dado su testimonio".
Según la comisión independiente, que debe entregar su informe final a finales de enero, los testigos hicieron a menudo alusión a la existencia de otras víctimas no declaradas. Calcula que al final, la cifra total de víctimas será "mucho mayor" que los escasos testimonios recabados.
El presidente de la comisión, Pedro Strecht, añadió que el número total de agresores ascendería a varios "centenares".