El presidente de Perú, Martín Vizcarra, afirmó este domingo que la pandemia de COVID-19 está en su "etapa final" en el país, que tiene la mayor tasa de mortalidad por coronavirus en el mundo, luego de una reducción en la última semana de los contagios y decesos.
"Estoy seguro que estamos en la etapa final, que poco a poco este tema se va a controlar, estamos haciendo el máximo esfuerzo como Gobierno", dijo Vizcarra durante una visita a un flamante hospital de campaña en Tumbes, en la frontera con Ecuador.
Las afirmaciones de Vizcarra llamaron la atención porque Perú, de 33 millones de habitantes, registra aún tasas altas de contagios, con más de 6 mil casos diarios en promedio.
Sin embargo, los contagios y decesos diarios comenzaron a bajar esta semana (-24% y -21% respectivamente, en relación a la semana pasada), según datos oficiales, después de haber estado en alza sostenida desde el 11 de julio.
El miércoles se registraron 150 decesos por coronavirus en el país, la cifra diaria más baja desde el 8 de junio.
Vizcarra anunció además una campaña de comunicación para fomentar el cumplimiento de las restricciones de movimiento para no propagar el virus, como la prohibición de acudir a reuniones sociales o familiares.
La campaña se lanza en momentos en que Perú, a pesar de una cuarentena de más de 100 días, figura en el tope del ranking global de mortalidad por coronavirus con 86 decesos por cada 100.000 habitantes, luego que esta semana desplazó a Bélgica (85,5%).
Con 645.457 casos confirmados y 28.788 muertos, Perú es tercero en América Latina en decesos por la pandemia después de Brasil y México, y segundo en contagios detrás del gigante sudamericano.
"Estamos empezando una nueva campaña que dice 'El COVID-19 no mata solo, no seamos cómplices', va dirigida principalmente a las personas irresponsables (...) en discotecas, fiestas de cumpleaños, (que) juega fútbol y organiza parrilladas", indicó Vizcarra a la prensa.
Trece personas murieron la semana pasada durante una estampida en una discoteca al norte de Lima, que se generó cuando la policía irrumpió para impedir una fiesta vedada por la pandemia.
Las autoridades sanitarias señalaron hace un mes a las fiestas o reuniones sociales como un foco principal de contagio.
En el marco de la lucha contra la pandemia, el gobierno prorrogó hasta el 7 de diciembre el estado de emergencia, mantuvo el cierre de fronteras y el toque de queda nocturno en vigor desde el 16 de marzo.