AFP
El presidente de Gambia, Yahya Jammeh, al frente del país desde hace 22 años, resultó derrotado el jueves por el candidato de una coalición de la oposición, Adama Barrow, y aceptó el resultado, anunció el viernes la comisión electoral.
Jammeh, que llegó al poder con un golpe de Estado en 1994, fue elegido por primera vez en 1996 y desde entonces fue reelegido cada cinco años, se había mostrado seguro de que volvería a ganar.
El presidente saliente había advertido que no toleraría ninguna contestación a los resultados en la calle, sino exclusivamente en los tribunales. Las fuerzas de seguridad estaban desplegadas en Banjul, capital de este pequeño país de África del Oeste, desde el viernes por la mañana.
"Declaro a Adama Barrow legalmente electo para servir como presidente de la República de Gambia", proclamó el presidente de la comisión electoral independiente, Alieu Momar Njie, ante la prensa, en un anuncio retransmitido por la televisión pública.
Barrow, un empresario, obtuvo 263.515 votos (45,5%), Jammeh, 212.099 votos (36,6%) y Mama Kandeh, exdiputado del partido en el poder y candidato de una nueva formación, 102.969 votos (17,8%), indicó.
"Instamos a todo el mundo a respetar la paz, la tolerancia y la tranquilidad puesto que, como pueden ver, a la sazón de estos resultados, tendremos un cambio de gobierno", agregó Momar Njie.
La participación se situó en torno al 65%.
Las calles de Banjul fueron el escenario de manifestaciones de alegría, según periodistas de la AFP.
Anteriormente, el presidente de la comisión electoral había juzgado "verdaderamente excepcional que alguien que ha dirigido el país tanto tiempo haya aceptado su derrota".
La televisión pública indicó a la AFP que Jammeh tenía previsto comparecer el viernes para felicitar a Barrow.
Internet y las comunicaciones telefónicas internacionales, cortadas desde el miércoles por la noche para impedir que se difundieran resultados no oficiales, fueron restablecidas el viernes, constataron periodistas de la AFP.
Unos 890.000 electores de los casi 2 millones de habitantes de este país de África occidental estaban llamados a las urnas el jueves para escoger entre los tres candidatos, todos ellos nacidos en 1965, el año de la independencia de esta excolonia británica.
Una vez cerraron los colegios electorales se comenzaron a contar las bolas depositadas en tres bidones de diferentes colores, uno por cada candidato, un sistema de votación único en el mundo.
"Por la gracia de Dios todopoderoso, éste será el mayor maremoto de la historia de mis elecciones en este país", lanzó el jueves Yahya Jammeh tras haber votado.
El opositor Adama Barrow hizo gala de la misma seguridad. "Si [Jammeh] pierde, hace falta que reconozca su derrota. Y sabemos que perderá", declaró el jueves a la AFP.
Según los analistas y la oposición, era la primera vez que el régimen, que ha salido airoso de numerosos intentos de golpe de Estado, estaba verdaderamente amenazado por unas elecciones, tras una campaña marcada por la expresión un pluralismo poco habitual.
Las oenegés y algunas cancillerías condenan las violaciones de derechos humanos cometidas por Yahya Jammeh, unas acusaciones que él rechaza.
Sin embargo, muchos gambianos le atribuyen la estabilidad del país y algunos progresos, principalmente en materia de educación, aunque muchos otros huyen de la pobreza y de la represión a través de la emigración irregular.