Bogotá se recuperaba con tranquilidad este sábado de su primer toque de queda en cuatro décadas, decretado por disturbios surgidos de una masiva protesta contra el gobierno de Iván Duque, quien ordenó que militares y policías continúen patrullando las calles de la capital colombiana.
Soldados recorrían a pie, en tanques blindados y en motocicletas algunos puntos del centro y del sur de la ciudad, donde el viernes se presentaron altercados que dejaron casi 300 detenidos. Por los mismos sectores circulaban en calma policías y escuadrones antidisturbios.
"Ese patrullaje es necesario pero además se hace para darles a los ciudadanos tranquilidad y presencia", dijo Duque, tras afrontar jueves movilizaciones de cientos de miles de colombianos en rechazo a sus políticas económicas, sociales y de seguridad.
El mandatario derechista, que enfrenta un paulatino crecimiento de malestar social tras quince meses en el poder, no precisó hasta cuándo la fuerza pública recorrerá las vías de la urbe de siete millones de habitantes, que en su concepto fue víctima de quienes "buscan propiciar el caos" en el país.
Antes de las protestas, Duque advirtió que Colombia podía ser sacudida por convulsiones sociales similares a las de Ecuador, Chile o Bolivia, y expulsó a 24 venezolanos señalados de querer promoverlas.
Este sábado, el presidente colombiano, aseguró que en la noche del viernes hubo "importantes capturas" de extranjeros, cuya nacionalidad no precisó, que serán judicializados o expulsados.
Por su parte, el alcalde de Bogotá, Enrique Peñalosa, denunció que detrás de la ola de violencia había un "complot" y "organizaciones de alto nivel" interesadas en "desestabilizar" al país: "Aquí no se trata de unos jóvenes que están llevando a cabo manifestaciones espontáneas".
Sin mencionarlo, señaló al senador izquierdista Gustavo Petro de "regodearse" con la situación de Bogotá, que demandará recursos millonarios para reconstruir estaciones y buses del sistema de transporte masivo averiados.
Exalcalde de Bogotá, derrotado por Duque en las presidenciales de 2018, Petro contestó convocando un cacerolazo nacional a partir de las 17:00 horas locales (22H00 GMT) contra "el miedo y la mentira".