La tarde de este miércoles se conoció que Fernando Candia, uno de los jóvenes condenado por homicidio culposo en Malasia, regresó a Chile abandonando el proceso legal que aún seguía en pie.
Candia y Felipe Osiadacz fueron detenidos en agosto de 2017, cuando ambos estaban de vacaciones en Kuala Lumpur, por la muerte de Yusaini Bin Ishak en el lobby del hotel en donde ambos se hospedaban.
En noviembre del año pasado fueron sentenciados a dos años de cárcel y la defensa de ambos apeló, proceso que podían esperar en libertad y con orden de arraigo. Es decir, no podían salir de Malasia.
El 19 de abril de este año, Osiadacz dejó Malasia utilizando su pasaporte chileno. Candia también abandonó el país días antes de una nueva audiencia del juicio.
Si alguno de los dos regresa al sudeste asiático para el juicio, será de manera voluntaria o por un acuerdo puntual entre ambos países, ya que no existe obligación por parte de Chile.
"Entre Chile y Malasia no existe un tratado de extradición. No se podría acudir a un instrumento jurídico de esa especie para pedir el regreso de los chilenos a Malasia", explicó el profesor de Derecho Internacional, Claudio Troncoso.
"Decidí, junto a mi familia, volver a mi país"
"Pasé dos años en Malasia a disposición de la justicia de ese país y cumplí íntegramente la sentencia de pena efectiva que dictaminó el juez", aseguró Candia tras escapar de Malasia.
Candia acusó que "la estrategia de la Fiscalía era alargar indefinidamente el caso. Frente a esta injusticia, y a la casi segura detención que sufriría, decidí junto a mi familia volver a mi país".
Tras leer su declaración, Candia no aceptó preguntas de la prensa.