Los londinenses tendrán que acostumbrarse a no escuchar las clásicas campanadas del Big Ben por un par de meses del próximo año.
La medida forma parte del plan de reparación al que tendrá que someterse la torre del reloj del Parlamento, en un proyecto valorado en 37,38 millones de euros.
Por tres años el reloj será cubierto de forma parcial por andamios para que se realicen los arreglos. Sin embargo, los ingenieros a cargo del proyecto prevén que al menos una de las cuatro caras del reloj quede visible.
Las campanas, en tanto, dejarán de sonar durante varios meses y sólo serán escuchadas en acontecimientos importantes.
Según ha señalado la Cámara de los Comunes en un comunicado, la torre de 96 metros requiere una mantención urgente. De hechos, las últimas obras que se realizaron al reloj fueron entre 1983 y 1985.