El escenario está dispuesto para una potencial implementación de un cierto cese de hostilidades en Siria.
El gobierno sirio, Rusia, Estados Unidos y sus aliados, junto a casi 100 grupos rebeldes, parecen dispuestos a cumplirlo.
Pero en todo caso, el cese de hostilidades va a ser incompleto, parcial y fundamentalmente frágil.
Para empezar, hay varios conflictos dentro de Siria:
- Hay una guerra por el control futuro del país que enfrenta al régimen y sus aliados contra los rebeldes y a quienes los apoyan, como Turquía y los países del Golfo.
- Luego hay una guerra de las potencias occidentales contra el llamado Estado Islámico (EI)
- Y finalmente hay una pelea entre Turquía y los kurdos.
Tres problemas
El problema número uno es que la tregua propuesta que entró en vigor este viernes es sólo parcial. Sólo se aplica a uno de esos tres conflictos: el que enfrenta al régimen sirio y a sus rivales rebeldes.
Excluye específicamente la campaña contra EI y contra el frente al Nusra, ligado a al Qaeda.
Todos los implicados pueden encontrar excusas para reanudar las hostilidades.
Por lo tanto, incluso en el mejor de los casos, los ataques de Rusia y de Occidente contra estos dos grupos continuará.
Sin embargo, hay que decir que hasta ahora Rusia ha realizado pocos ataques contra objetivos de EI.
Y eso nos lleva al problema número dos.
Los límites entre los diferentes conflictos en Siria son a menudo muy vagos e incluso se solapan en muchas ocasiones.
Así, por ejemplo, el ejército sirio ya ha sugerido que no aceptará un cese el fuego en el barrio de Daraya, en Damasco, donde asegura que las fuerzas de la oposición están dominadas por el frente al Nusra.
Algunos dicen que eso no es correcto y que los combatientes de al Nusra no forman la mayoría de las fuerzas rebeldes.
Pero así se demuestra que el gobierno sirio puede usar ese argumento como excusa para continuar con operaciones militares en zonas donde cree que tiene una ventaja.
Rusia también afirma que tiene derecho a continuar con sus ataques aéreos contra grupos considerados terroristas por Naciones Unidas, como el frente al Nusra.
El conflicto entre kurdos y Turquía es uno de los tres que sufre Siria.
Cualquier alianza con este grupo supondría a ojos de Moscú que puede atacar también a las fuerzas rebeldes.
Hasta ahora, Rusia ha incluido en un momento u otro a todas las fuerzas que se oponen al presidente sirio, Bashar al Assad, en la categoría de "terroristas".
La complejidad de la lucha que involucra a grupos kurdos en el norte de Siria lleva a un tercer problema para cualquier cese el fuego completo.
Aquí, combatientes kurdos respaldados por Estados Unidos y hasta cierto punto por Rusia están avanzando en la región que limita con Turquía.
Y el primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, ya ha dejado claro que cualquier cese el fuego no será "vinculante" porque "existe una situación de amenaza la seguridad de Turquía".
"Tomaremos las medidas necesarias tanto contra los combatientes kurdos como contra el Daesh (EI) si sentimos que tenemos que hacerlo", dijo.
Pausa
¿Quién poría beneficiarse realmente de una tregua o incluso de una serie de altos el fuego en varias zonas?
El cese de hostilidades podría permitir que llegara la ayuda humanitaria a la población civil.
Bien, claramente la población civil podría recibir con alivio una pausa, especialmente si puede llegar la comida y demás víveres a ciudades y villas cuyos accesos están ahora cortados por la guerra.
Los combatientes rebeldes también se podrían beneficiar de un periodo de pausa para reagruparse.
Y Rusia podría contemplarlo como el comienzo de un triunfo diplomático que reconozca que el régimen de Assad va a continuar.
Pero si la experiencia de la diplomacia rusa en Ucrania se repite, podríamos estar ante un largo periodo de ceses el fuego interrumpidos y ante el surgimiento de más combates, ya que el gobierno sirio puede buscar expandir y consolidar sus posiciones.
De hecho, antes de que este viernes comenzara el cese de hostilidades se recrudecieron los bombardeos.
Un elemento crucial de la efectividad del cese será hasta qué punto las fuerzas del gobierno sirio y sus aliados han logrado sus objetivos en el campo de batalla.
Por resumir, pocos creen que esta tregua dure.
Plan B
El secretario de Estado norteamericano, John Kerry, ha sido especialmente sincero al considerar la situación. Ya ha comenzado a hablar de un plan B, si el actual esfuerzo diplomático fracasa.
Pero al explicarlo a los senadores de Washington señaló que una de las medidas más sugeridas, el establecimiento de una zona de seguridad en el norte de Siria, requeriría, según el Pentágono, el despliegue de 15.000 a 30.000 tropas.
Y alertó de que si no hay progresos hacia la paz, la situación en Siria podría ponerse "mucho peor".
En un comentario que causó sorpresa, pareció finalmente admitir la posibilidad de un rediseño del mapa del país. "Si esperamos mucho más, podría ser demasiado tarde para poder mantener una Siria unida".