El PMDB, la formación centrista que decidió abandonar a su suerte a la presidenta de izquierda Dilma Rousseff, es el mayor partido de Brasil, indispensable aliado de todos los gobiernos, pero su implantación es sobre todo local.
El Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) podría alcanzar por tercera vez la presidencia de la República, si su jefe, el vicepresidente Michel Temer, sucede a Rousseff, amenazada por un impeachment en el Congreso.
Los dos "pemedebistas" que hasta ahora llegaron a la máxima magistratura del país lo hicieron por la vía trágica, como compañeros de fórmula de mandatarios de otras formaciones.
El primero fue José Sarney (1985-1989), quien juró el cargo tras la muerte del jefe de Estado electo Tancredo Neves un día antes de tomar posesión como primer presidente post dictadura (1964-1985). El segundo fue Itamar Franco (1992-94), que volvió a afiliarse al PMDB (su partido de origen) unos días antes del impeachment contra el presidente Fernando Collor.
El vicepresidente de Brasil, Michel Temer.
Desde 1994, el PMDB no presenta candidatos a las elecciones presidenciales, tras los fracasos rotundos de Ulysses Guimaraes en 1989 (4,7% de los votos) y de Orestes Quercia en 1994 (4,4%).
Sin embargo, ha sido un aliado indispensable tanto de las gestiones del socialdemócrata Fernando Henrique Cardoso (1995-2002) como de Luiz Inacio Lula da Silva (2003-2010) y de su sucesora Rousseff, ambos del Partido de los Trabajadores (PT, izquierda). El PMDB es el heredero directo del MDB, creado en 1966 como oposición tolerada al régimen militar, y dio cobijo a industriales desarrollistas, a la clase obrera urbana y a militantes izquierdistas después de la derrota de la lucha armada a mediados de la década de los 70. Cambió de nombre en 1979.
Sus huestes empezaron a dispersarse tras el retorno de la democracia. El PMDB conservó poder sobre todo en regiones poco desarrolladas, bajo el mando de caudillos locales.
Actualmente cuenta con siete gobernadores (frente a 5 del PT y 5 del PSDB) y es la principal bancada en la Cámara de Diputados (con 69 escaños sobre un total de 513) y en el Senado (18 escaños de un total de 81).
Dilma Rousseff y el ex Presidente José Sarney, referente histórico del PMDB.
A escala nacional, estuvo a menudo dividido entre un ala progubernamental y sectores opositores. Con posibilidades de cambiar de bando. El vicepresidente Temer, un abogado constitucionalista de 75 años que hasta ahora tuvo escasa proyección nacional, multiplicó últimamente los contactos con el líder del PSDB Aecio Neves.
En sus alforjas, trae un programa de cuño liberal, con recorte de gastos públicos y flexibilización de las leyes laborales.
Un programa que según el diario Folha de Sao Paulo "explica por qué (Temer) alcanzaría a lo sumo un 2% de los votos si las elecciones presidenciales (previstas para 2018) se hiciesen actualmente, como lo revela la última encuesta Datafolha".