Diversas investigaciones han establecido que el poliestireno, utilizado para la confección tazas, bombillas, contenedores de yogurt y utensilios, es uno de los plásticos más difíciles de eliminar de nuestros océanos.
Sin embargo, un estudio realizado por la Institución Oceanográfica Woods Hole (WHOI), en Estados Unidos. determinó que el poliestireno se degrada más rápido de lo que se cree en el mar gracias a la luz solar.
"Una de nuestras motivaciones para este estudio fue entender si el poliestireno realmente dura para siempre. No estamos diciendo que la contaminación plástica no sea mala, solo que la persistencia del poliestireno en el medio ambiente puede ser más corta", aseguró Collin Wars, químico marino de WHOI y autor principal del análisis.
Los científicos utilizaron cinco muestras distintas de poliestireno, exponiéndolas a luz del sol en un contenedor de vidrio sellado y lleno de agua. Finalmente, se demostró que este tipo de plástico se degrada a unidades básicas de carbono orgánico hasta disolverse en el océano.
"Utilizamos varios métodos para hacer esto, y todos señalaron el mismo resultado: la luz solar puede transformar el poliestireno en CO 2, pero necesitamos más investigación para comprender qué sucede con los otros productos que se disuelven en agua", concluyó Ward.