Francia pidió el miércoles a los empleados de sectores clave "que vayan a sus lugares de trabajo" para garantizar la "seguridad económica del país", luego de comenzar a aplicar la víspera el confinamiento de su población en plena epidemia del coronavirus.
A la situación sanitaria que se agrava, con 89 muertos en las últimas 24 horas, lo que eleva a 264 el número total de decesos, y 9.134 personas infectadas en el país, se suma el temor a una parálisis en las cadenas de abastecimiento, con un principio de falta de efectivos en supermercados y en el transporte de mercancías.
"Invito a todos los empleados de las empresas que aún están abiertas, actividades que son esenciales para el funcionamiento del país, a ir a sus lugares de trabajo (...) en condiciones de máxima seguridad sanitaria", dijo el ministro de Economía francés, Bruno Le Maire, en una entrevista con la cadena de noticias BFM Business.
"Debemos poder alimentarnos y las familias francesas deben poder ir a los supermercados", subrayó el ministro. "Desde los agricultores hasta los supermercados, pasando por las tiendas y los mercados, los alimentos deben poder circular", insistió, admitiendo que "comienza a haber tensión en un cierto número de supermercados y comercios en materia de asalariados".
En la misma línea, la patronal francesa, Medef, lanzó una advertencia el miércoles sobre una paralización de la actividad económica, incluso en sectores esenciales, debido al coronavirus.
"Ha habido un cambio extremadamente brutal en la actitud de los empleados de todos los sectores de actividad, incluidos los muy numerosos cuya actividad no está prohibida por las medidas sanitarias", dijo a la AFP el presidente delegado de Medef, Patrick Martin.
'Derecho a retirarse'
Tras el anuncio de Macron el lunes, en el que impuso un confinamiento casi total en Francia a partir del martes al mediodía, "muchos empleados pidieron a sus empresas que tomaran medidas parciales de actividad, sin las cuales ejercerían el derecho a retirarse", añadió, diciendo que estaba "muy preocupado" por la situación.
Según Martin, muchos empleados han "malinterpretado las palabras del presidente" y las empresas "ya no pueden continuar sus actividades bajo la presión de los empleados".
Del lado de los sindicatos, el tono es otro. Laurent Berger, el secretario general de la CFDT, uno de los principales gremios de Francia, dijo que la protección de los trabajadores era un "gran punto negro" en la lucha contra el coronavirus.
Algunas fotos, que circulan en las redes sociales, muestran a cajeros de supermercados protegidos únicamente con plásticos puestos en la boca o con pedazos de cartones. La escasez de equipo de protección también está presente en el sector de la salud.
Para paliar esta escasez, China envió el miércoles un millón de mascarillas a Francia. Se trata de donaciones de dos organizaciones benéficas chinas destinadas a Francia para combatir la propagación del nuevo coronavirus.
Para intentar frenar la propagación del coronavirus, los franceses sólo pueden salir a las calles para ir al supermercado, al médico o a trabajar cuando no es posible hacerlo a distancia.
La policía comenzó este miércoles a efectuar controles para que se apliquen estas reglas, como observaron en diferentes puntos de París periodistas de la AFP.
No obstante, algunos mercados al aire libre, como el de Barbès, al norte de la capital, estuvo abarrotado este miércoles, por lo que las autoridades contemplan cerrar aquellos "en los que se ven multitudes".
Para limitar la quiebra de empresas debido a la pandemia, el gobierno francés anunció el martes que inyectará en lo inmediato 45.000 millones de euros (unos 50.000 millones de dólares).
La mayoría de este monto -32.000 millones de euros- se utilizará para aplazar o cancelar las contribuciones a la seguridad social y los impuestos.