Perros regalados por Kim Jong Un a Corea del Sur acaban en un zoológico
Un par de perros regalados por el líder norcoreano Kim Jong Un hace cuatro años terminaron en un zoológico de Corea del Sur después de una disputa sobre quién debería financiar el cuidado de los animales. Kim le había dado los dos perros de caza Pungsan blancos, una raza autóctona de Corea del Norte, al entonces presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in, como regalo después de sus conversaciones en la cumbre en Pyongyang en 2018. Pero el liberal Moon entregó los perros el mes pasado, citando la falta de apoyo financiero para los caninos por parte del actual gobierno conservador encabezado por el presidente Yoon Suk Yeol.
Los perros, llamados Gomi y Songgang, fueron trasladados el viernes pasado a un zoológico administrado por un gobierno local en la ciudad sureña de Gwangju después de una estadía temporal en un hospital veterinario en la ciudad suroriental de Daeju, dijeron funcionarios del zoológico. Con la presencia del alcalde de Gwangju, Kang Gijung, los perros fueron exhibidos el lunes con sus etiquetas de identificación alrededor del cuello mientras los periodistas y otros visitantes tomaban fotos.
Atrapados sin salida
"Gomi y Songgang son un símbolo de paz y de reconciliación y cooperación entre Corea del Sur y Corea del Norte. Los criaremos bien como si cultiváramos una semilla de paz”, dijo Kang, según su oficina. Los perros tienen seis crías entre ellos, todos ellos nacidos después de que llegaron a Corea del Sur. Uno de ellos, llamado Byeol, se crió en el zoológico de Gwangju desde 2019. Los cinco restantes están en otros zoológicos y en una instalación pública en Corea del Sur.
Los funcionarios del zoológico de Gwangju dijeron que intentarán criar juntos a Byeol y sus padres, aunque actualmente se mantienen separados porque no se reconocen entre sí. Gomi y Songgang pertenecen oficialmente a la propiedad estatal. Mientras estuvo en el cargo, Moon los crió en la residencia presidencial. Tras dejar el cargo en mayo, Moon pudo llevárselos a su domicilio particular gracias a un cambio de ley que permitía gestionar los obsequios presidenciales fuera de los Archivos Presidenciales si se trataba de animales o plantas.