Thubelihle Dlodlo está nerviosa por abandonar su casa en el pueblo de Emcitsheni en las zonas rurales de KwaZulu, Natal. Con 18 años, tiene una beca preciada, pero hay un problema: ella sólo puede beneficiarse de la financiación si mantiene su virginidad.
"Permanecer virgen es mi única oportunidad de obtener una educación, porque mis padres no pueden permitirse el lujo de llevarme a la escuela", dice.
Para continuar recibiendo la beca, Dlodlo tiene que someterse a pruebas de virginidad regulares, pero según ella, no le importa.
"Las pruebas de virginidad son parte de mi cultura, no es una invasión a mi privacidad y me siento orgullosa después de que se confirma que estoy pura".
La edad de consentimiento en Sudáfrica es de 16 años, aunque hay una excepción que hace que sea legal para aquellas niñas de entre 12 y 16 años si tienen relaciones sexuales entre sí.
Incluso con una interpretación estricta de la ley, Dlodlo ya pasó por más de dos años la edad de consentimiento, pero está empezando su carrera universitaria y necesita de la beca.
Pero activistas sostienen que estas pruebas son intrusivas y que no es justo conectar una oportunidad para recibir educación con el sexo:
"Lo realmente preocupante es que sólo se centran en la mujer cuando son pequeñas y esto es discriminatorio porque no aborda los problemas de las altas tasas de embarazo de adolescente y de infección por el VIH", dice Palesa Mpapa, del grupo de campaña que se opone al abuso de las mujeres (POWA, por sus siglas en inglés).
"No es sólo la mujer la que tiene la culpa", afirma.
No está de acuerdo el alcalde del municipio de uThukela, Dudu Mazibuko, que introdujo este programa especial dedicado a las niñas vírgenes.
"La beca no es un premio, sino una inversión para toda la vida de una niña. Tampoco están condenadas aquellas que han tomado diferentes decisiones porque les ofrecemos otras becas”, justificó.
El municipio ofrece más de 100 becas, de las cuales 16 han sido dadas a las estudiantes mujeres vírgenes.
Cultura y tradición
Las estudiantes seleccionadas para el programa ya tuvieron sus pruebas de virginidad para que puedan participar en el baile anual de cañas.
En esta parte del país, las pruebas de virginidad son una práctica común. En la cultura zulú, las pruebas de virginidad son realizadas por mujeres de edad avanzada.
Se califica a doncellas zulú para participar en el baile anual de la caña que ofrece el rey Goodwill (de la buena voluntad) y que tiene lugar cada mes de septiembre en el palacio real de Zwelithini.
Esta práctica no es contra la ley en Sudáfrica, pero tiene que hacerse con consentimiento.
La líder de la comunidad Dudu Zwane ha hecho de su misión animar a las jóvenes a abstenerse de tener relaciones sexuales. Cariñosamente conocida como "mamá Dudu", de 58 años de edad, ofrece charlas en las escuelas.
"Es muy importante que estas chicas se concentren en sus estudios y se mantenga alejadas de los varones", aconseja.
Dudu Zwane se encarga de las pruebas de virginidad en la pequeña ciudad de Ladysmith.
La enfermera jubilada también lleva a cabo pruebas de virginidad en las mujeres jóvenes. Ella reconoce que sus métodos no son científicos, pero dice que observa ciertos signos que le demuestran que la niña no ha tenido relaciones sexuales.
"La posición social de las mujeres jóvenes que permanecen vírgenes aumenta y muchas niñas se enorgullecen de sus resultados después de ser evaluadas", aseguró.
La ministra de Desarrollo Social, Bathabile Dlamini, cuestionó recientemente los méritos de las pruebas de virginidad.
La práctica "se complementa con otras prácticas nocivas, como la mutilación genital femenina", dijo en un comunicado que molestó a los tradicionalistas.
En las zonas rurales de KwaZulu-Natal, la virginidad se celebra y mantenerse en ese estado "puro" es un motivo de orgullo para las familias.
Dlodlo dice que sus amigas también son vírgenes y la envidian por haber sido beneficiada con la beca.
Dice que no tiene un novio, ya que no quiere encontrarse a sí misma en una situación en la que esté presionada para tener relaciones sexuales.
"Quiero ser un modelo a seguir", dice.
Investigación
Las pruebas de virginidad son consideradas por algunos como la respuesta para detener el creciente número de embarazos de adolescentes, el VIH y el sida.
Los embarazos de adolescentes están en aumento en Sudáfrica.
En 2013, un estudio publicado por Stats SA reveló que los embarazos adolescentes habían aumentado a cerca de 100.000, frente a los 68.000 sólo dos años antes.
El Consejo Sudafricano para la enseñanza y el departamento de educación dijeron que estas cifras hablan de una crisis sin precedentes.
Esto es a pesar del hecho de que las escuelas del país ofrecen educación sexual y que la atención materna gratuita también está disponible a nivel nacional.
Sudáfrica tiene el mayor número de personas que viven con el VIH en el mundo, pero lo que es aún más alarmante es que los nuevos infectados por VIH se encuentran entre las mujeres de 15-24 años.
Tras la protesta, la Comisión Sudafricana de Derechos Humanos dijo que va a investigar si las becas están en contra de la Constitución.