Contrastes. En una imagen icónica, que trajo a la memoria cuando una turba derribó una estatua de Saddam Hussein en Irak en 2003, un grupo de manifestantes en el estado de Falcón, en el norte de Venezuela, tumbó una estatua del expresidente Hugo Chávez, antecesor de Nicolás Maduro, quien el domingo se dio por vencedor en las cuestionadas elecciones presidenciales del país caribeño.
- A más de 4 mil kilómetros de distancia, en Providencia, unos 150 venezolanos protestaron al frente de la embajada de su país, en la generalmente tranquila calle Bustos, a partir de las 6 de la tarde de este lunes 29 de julio. Aunque la mayoría de la gente es pacífica, alguien tiró pintura en una de las murallas de la casa donde vivía el embajador del régimen chavista Arévalo Méndez antes de abandonarla por orden de Maduro. Por eso, un nutrido contingente de carabineros echó a los manifestantes del frontis del lugar y los movió hacia la calle Pedro de Valdivia.
- Varios autos que pasan tocan las bocinas en apoyo a la protesta. Un carabinero se acerca a uno de los líderes y pregunta por la persona que tiró la pintura. Un hombre de mediana edad que golpea un pequeño tambor, dice: “Carabineros, déjenos resguardar nuestra embajada que ha sido robada. Nuestro país está siendo secuestrado. La embajada está tomada por un gobierno que no ha sido elegido”.
Religión y patria. De pronto, se hace un silencio y cantan el himno nacional. Luego, una mujer comienza a hacer una oración. “Venezuela es una tierra donde fluye leche y miel”, declama. Una decena se arrodilla. “Esto pasa porque los venezolanos somos muy creyentes y respetuosos de la religión”, explica Enrique Molina, abogado, de San Miguel, quien llegó a Chile en 2019.
- Molina no ha podido revalidar su título porque dice que cuesta muy caro y se dedica a la venta de material médico. “En las encuestas en Venezuela el 98% tiene una creencia, ya sea evangélico, católico, etcétera. Entonces nosotros siempre tenemos la confianza en Dios, para estas situaciones donde hay maldad”. Luego comenta: “Nos manifestamos pacíficamente contra Maduro, por robarse la elección. Como se ve en las actas electorales que tiene el comando de la oposición y que van a ser presentadas ante la comunidad internacional, ganamos nosotros, los que nos oponemos al chavismo”.
- Dice que están acá en la calle Bustos como “forma de protesta contra toda la misión diplomática, porque han sido alcahuetes del régimen de Maduro. Funcionarios consulares pagados por nosotros, nos hacían señas obscenas con la muñeca, en una actitud vergonzosa, propia de malandros y de delincuentes y no de personal diplomático”.
Crece la protesta. Pasadas las 7 de la tarde, el grupo no amaina y parece sumar más manifestantes. Dicen que quieren hacer una vigilia toda la noche, que no se irán de allí. Carabineros pone rejas para impedir el paso a la calle Bustos. Reconocen estar resignados a una noche larga.
- La mayoría de los manifestantes, no pocos de ellos profesionales universitarios que trabajan en cosas muy distintas a lo que estudiaron, está pendiente de las palabras de Marina Corina Machado, la líder opositora que anuncia una gran manifestación este martes en Venezuela y asegura que tienen las pruebas del fraude. “¡Tienen las actas!”, comentan la noticia entre los que protestan.
- Alex Rondón, uno de los participantes, diseñador gráfico, cinco años en Chile, algo exaltado, dice que recibió los resultados del domingo “con mucha decepción, con mucha pena. Yo sabía que iba a haber un fraude. Lo que viene tiene que ser una interrupción por parte de todo el pueblo, hermano. Tiene que haber una ruptura de la Fuerza Armada y que se alce la parte que apoya al pueblo”.
Sin partidos. Uno de los organizadores, Raúl Fernando González, lleva nueve años en Chile y afirma: “No hay ninguna organización política detrás de esto. Fue una convocatoria que se hizo por redes sociales. El objetivo es hacer una vigilia hasta que se reconozcan los resultados electorales de verdad. Voy a quedarme yo y un pequeño grupo, mientras Carabineros nos deje”.
- Mientras un par de policías comienzan a empujarlo, dice: “Carabineros primero nos permitió estar del lado de la acera norte de la embajada. Nos movieron a la otra acera y ahora nos están exigiendo salir de la calle. Nosotros estamos de manera pacífica. Aquí no se ha hecho nada ilegal”. Piensa que después del fraude de Maduro en Venezuela, “la gente va a salir a la calle, va a exigir el cambio. Violencia va a haber, lamentablemente”.
- En medio del forcejeo, un uniformado dice que “hubo una agresión a la embajada”. Apunta con el dedo a la mancha roja que quedó en la entrada de la residencia diplomática.
Agradecido de Chile. Más calmado, Enrique Molina -uno de los líderes de la protesta- dice que “una vez que en Venezuela haya una transición, me gustaría volver a mi país para ejercer mi profesión de abogado. Pero nunca me olvidaré de Chile. Estaré siempre agradecido por cómo me recibieron. A mí me ha tocado aquí gente maravillosa de verdad, toda la gente que he conocido, transversalmente. El pueblo chileno ha sido solidario con el pueblo venezolano”.
- Mientras avanza el frío en Providencia, un grupo prende unas velas junto a una bandera venezolana. Llama la atención un letrero que dice: “Perdimos tanto que perdimos el miedo”.