El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, tendrá que esperar al menos hasta 2019 para tener su anhelado desfile militar, ya que el Departamento de Defensa decidió posponer el evento hasta el año próximo, según se anunció oficialmente este jueves.
Trump había pedido al Departamento de Defensa que organizara un desfile militar luego de haber quedado prendado el año pasado –según la prensa- por el desfile del Día de la Bastilla en París.
Se especulaba que el Día de los Veteranos, el 11 de noviembre, iba a ser una buena oportunidad para celebrar el desfile. Pero el Departamento de Defensa dio a conocer hoy su decisión de "explorar oportunidades en 2019".
El aplazamiento se produjo después de que el Departamento de Defensa informara a la cadena CNBC que el desfile podría costar hasta 92 millones de dólares, 80 millones de dólares más de lo que se había calculado previamente.
El potencial desfile generó críticas tanto entre demócratas como entre republicanos, que argumentan que el mismo podría tener connotaciones de autoritarismo.
Estados Unidos no organiza un desfile militar a gran escala desde junio de 1991, después de ganar la primera Guerra del Golfo y con George Bush padre en la Casa Blanca.
En esa ocasión, 8.800 militares desfilaron por el centro de Washington atrayendo a unos 200.000 espectadores, según The Washington Post.
De hecho, los desfiles militares a gran escala en Estados Unidos son poco habituales y reservados a celebraciones postbélicas.
Hubo desfiles después de la guerra civil estadounidense, en 1865; después de la Primera Guerra Mundial, en 1919; y de la Segunda Guerra Mundial, en 1946.
