Partido socialdemócrata se impone a la ultraderecha en elecciones en Suecia
AFP
La gobernante socialdemocracia se imponia en las cruciales legislativas suecas de este domingo según coincidieron dos sondeos a boca de urna, mientras que la ultraderecha progresaba levemente y se perfilaba como tercera fuerza, por debajo de lo que se esperaba.
De acuerdo con los sondeos, entre socialdemocratas y ecologistas por un lado y el centro y derecha moderada sumarian casi 44% de los sufragios, levemente por encima del 40% al que apuntaban las encuestas previas, pero que igual permite anticipar intensas negociaciones para tratar de formar gobierno.
El partido Socialdemócrata sería el más votado con un 25,4% de votos, una pérdida de más de 5 puntos respecto de hace cuatro años, señaló un sondeo de la televisora TV4. Por su lado la ultraderecha avanzó poco más de 3 puntos y obtendría 16,3% de sufragios, quedando en tercer sitio.
En cuanto a la agrupación conservadora Moderate, obtendría el segundo sitio con 18,4% de sufragios, unos 4 puntos menos que en las elecciones anteriores.
El primer ministro sueco Stefan Löfven había presentado estas legislativas como un "referéndum para el Estado providencia", mientras que la extrema derecha los convirtió en un plebiscito contra su política de inmigración y de integración.
Para la socialdemocracia, el de hoy constituye su resultado más bajo en un siglo, tanto si se toman las cifras de la televisora TV4, como las de la cadena estatal de televisión SVT, que atribuyó al gobierno 26,2% de votos.
En cuanto al utraderechista partido de los Demócratas de Suecia (SD), al que algunas encuestas previas daban entre 20 y 25% de intención de voto, se quedaría en torno de los 16 puntos, con un avance mucho menor al esperado.
El SD había hecho campaña denunciando la llegada de centenares de miles de solicitantes de asilo como una amenaza "cultural".
Unos 7,5 millones de electores suecos estuvieron convocados a las urnas, que abrieron sus puertas a las 08.00 hrs y cerraron a las 20.00 hrs (15.00 hrs, hora de Chile)
"Fuerzas del odio"
Según el primer ministro sueco, exobrero metalúrgico de 61 años, "los socialdemócratas, y un gobierno conducido por éstos, son la garantía de que los Demócratas de Suecia, un partido extremista y racista, no tengan influencia en el ejecutivo", declaró el domingo tras votar.
El líder de la extrema derecha, Jimmie Åkesson, votó en la alcaldía de Estocolmo y una vez que ejerció su derecho retuiteó un mensaje de su partido en el que llamó a "votar por Suecia".
Suecia, con 18,5% de sus habitantes nacidos en el extranjero, registró 160 mil solicitudes de asilo sólo en 2015, la mayor proporción en Europa respecto al número de habitantes. Desde 2012 ha recibido 400 mil pedidos de asilo en total.
En un lujoso barrio del centro de Estocolmo, Henrik, un médico de 46 años, no quiso revelar a quién había votado, pero lamentó el estigma que, según él, sufre la extrema derecha.
"Un voto para el SD no sirve para nada. Pero se debería tomarlos en serio, porque han sacado temas importantes como la inmigración, pero también el sistema sanitario", dijo.
En la víspera de los comicios, Löfven denunció las "fuerzas del odio" e instó a los electores a quedarse "en el lado bueno de la historia". El líder de los conservadores, Ulf Kristersson, llamó por su parte a "una cooperación más allá de las líneas partidarias para aislar a las fuerzas" que defienden "el repliegue".
Desde el sur de Suecia, donde la extrema derecha tiene sus bastiones, el ultraderechista Åkesson, le respondió: "Ahora estamos en competición frente a los socialdemócratas y a Moderate para convertirnos en el primer partido del país", aseguró.
"Pacto con el diablo"
Ningún grupo parece poder lograr según estos sondeos más del 50% de los 349 escaños en juego en el Riksdag, por lo que se necesitarán días o incluso semanas de negociaciones para alcanzar una mayoría o la menos débil de las alianzas en minoría.
Stefan Löfven logró mantener su gobierno minoritario hasta el final a base de alcanzar compromisos con la derecha, sobre todo en materia de política energética.
Pero la oposición está determinada a sacarlo del poder, aunque eso dinamite el cordón de seguridad que hasta ahora evita que los Demócratas de Suecia tengan una influencia política directa.
La estrategia puede ser arriesgada y tanto centristas como liberales han asegurado su rechazo a un pacto con "el diablo", como se describe el propio líder de los Demócratas de Suecia.