AFP
El Parlamento de Cataluña se dispone a investir este lunes como presidente de la región al candidato independentista impulsado por el destituido Carles Puigdemont, lo que permitirá a los catalanes recuperar la autonomía perdida tras la fallida secesión de España en octubre.
"Seremos leales al mandato del referéndum de autodeterminación del 1 de octubre: construir un Estado independiente en forma de república", afirmó el candidato al desgranar su programa de gobierno ante la cámara regional.
En ese referéndum, prohibido por la justicia española y marcado por la violencia policial, unos 2 millones de catalanes de un censo de 5,5 millones apostaron por la secesión, llevando al Parlamento regional a declarar la independencia el 27 de octubre.
El gobierno español de Mariano Rajoy respondió al desafío disolviendo el Parlamento, destituyendo a Puigdemont y su ejecutivo y tomando el control de la autonomía regional.
Una vez designado como presidente catalán, Torra, un editor de 55 años, podrá formar un gobierno, requisito para que se levante la intervención de Madrid en esta comunidad autónoma de 7,5 millones de habitantes.
Se prevé que Torra, del ala dura independentista y fiel al expresidente Puigdemont, sea elegido con una mayoría simple de secesionistas en la cámara, por 66 votos frente a los 65 del resto de las fuerzas.
La CUP, pequeño partido independentista de extrema izquierda, allanó el terreno el domingo, cuando anunció, tras consultar con sus bases, que sus cuatro diputados se abstendrán para no bloquear "la formación de un nuevo gobierno".
En un primer debate de investidura el sábado, Torra no pudo ser elegido al carecer del respaldo de una mayoría absoluta (68 votos sobre 135).
Ese día, Torra ya prometió trabajar "sin descanso" por la independencia y facilitar más adelante el retorno al poder de Puigdemont, al que calificó de "presidente legítimo".
Perpetuación del enfrentamiento
El expresidente cesado, huido al extranjero antes de ser inculpado de rebelión, se encuentra en libertad bajo fianza en Alemania en espera de saber si será extraditado a España.
Augurando una perpetuación del enfrentamiento con Madrid, Torra se comprometió a recuperar algunas leyes suspendidas por la justicia española e iniciar la redacción de una Constitución catalana.
También avanzó la creación de unas estructuras de gobierno paralelas para impulsar la secesión: un Consejo de la República presidido por Puigdemont controlado por una asamblea alegal conformada por cargos electos independentistas.
Su discurso irritó a la oposición y al gobierno español, que le recordó que puede volver a tomar el control de la región si Torra viola la Constitución.
"No hay impunidad para los separatistas que quieran seguir avanzando en el camino de la ilegalidad", afirmó el domingo Andrea Levy, dirigente del Partido Popular (PP, conservador) de Rajoy.
Presidente provisional
El propio Puigdemont dijo el sábado en una entrevista al diario italiano La Stampa que su sucesor "toma el poder en condiciones provisionales y es consciente de ello". "A partir del 27 de octubre podrá convocar nuevas elecciones", agregó.
Los primeros juicios contra 25 dirigentes independentistas imputados de rebelión y otros delitos podrían abrirse en octubre, un buen momento para movilizar a los independentistas catalanes contra la "represión" del Estado en el marco de una campaña electoral, según analistas.
Nueve de los dirigentes secesionistas se encuentran en prisión provisional, y siete, entre ellos Puigdemont, en exilio voluntario.
La mayor parte de los imputados pertenecen a los dos grandes partidos separatistas, el conservador PDeCAT y el izquierdista ERC, que abogan por una mayor moderación.
En posición de fuerza tras su éxito en las elecciones de diciembre, cuando su lista Juntos por Cataluña fue la más votada entre las independentisas, Puigdemont impuso a su candidato, encargándole mantener la confrontación con Madrid.
Un gobierno de Torra, "que sólo responde" a Puigdemont, puede dar pie a tensiones en la coalición independentista, advirtió Oriol Bartomeus, politólogo de la Universidad Autónoma de Barcelona. "Pueden haber líos, pueden haber broncas", afirma.
Además, la CUP advirtió que hará oposición activa ante un programa de gobierno que "no avanza en la construcción de medidas republicanas ni sociales".